El programa nocturno por excelencia de la SER recibe una sorprendente llamada

Bien avanzada la madrugada de este jueves, el programa nocturno por excelencia de la Cadena SER, y de la radio española, Hablar por Hablar iniciaba su contacto diario con los oyentes de forma poco habitual al recibir una sorprendente llamada, por la identidad de quien la realizaba, para contarle a Macarena Berlín, como un oyente más, la cotidianidad de sus noches. El interlocutor no era otro que el afamado cocinero y presentador vasco, Karlos Arguiñano, quien se ponía en contacto con los nocturnos de la SER para reconocer ser "un oyente más" del espacio  y confesar "dormir cada noche pegado a la radio". 

Y lo hace Arguiñano desde hace 44 años, justos los mismos que lleva casado con su mujer. "Es algo que compartimos todas las noches, nos acostamos con la radio". Y sorprendía a la presentadora por la cantidad de años de feliz matrimonio, "¿44 años casados?", preguntaba Berlín, a lo que respondía el cocinero más mediático con su habitual humor: "cuando llevas tantos años casado lo que más te une son las disputas", decía. 

Una noche vinieron a cenar a mi restaurante Joan Manel Serrat y su equipo. Después de la cena, compartimos sobremesa con unas copas hasta la madrugada y les entretuve con unos chistes

Inmediatamente después el popular cocinero explicaba a locutora y audiencia el por qué escuchaba el Hablar por Hablar todas las noches desde el primer día de su emisión: es un programa que me encanta porque da voz a la gente que habitualmente no tiene voz, y este es el encanto del programa, que es para la gente normal que tiene la oportunidad de expresarse". Karlos Arguiñano añadía su popular adjetivo para calificar al programa que cada madrugada presenta en la Cadena SER Macarena Berlín, "me gusta porque es un programa con fundamento".

Y aprovechando la llamada Macarena preguntaba a su ilustre comunicante sobre sus inicios televisivos, entonces contaba Arguiñano que "fue por casualidad" para narrar que "una noche, ya tarde, vinieron a cenar a mi casa  (por el restaurante) Joan Manel Serrat y todo su equipo porque habían dado un concierto. Después de la cena, compartimos sobremesa con unas copas hasta bien entrada la madrugada y yo les entretuve con unos chistes". "A mí me gusta tomarme la vida con humor, no es lo mismo hacer una merluza malhumorado que hacerla con una sonrisa, sale mejor", decía el cocinero vasco, que completaba su historia de la visita de Serrat explicando que "uno del equipo me pidió un vídeo de mis interpretaciones y en pocas semanas ya estaba haciendo un programa de televisión". 

Arguiñano se despedía de Berlín y los oyentes incidiendo en que era "un programa con fundamento" y confesando que cuando empezó en televisión "creía que iba a ser cosa de unas semanas y fíjate llevo más de 17 años con un programa". Y es que la vida te cambia cuando menos te lo esperas.