| 19 de Abril de 2024 Director Benjamín López

× Portada España Investigación Opinión Medios Chismógrafo Andalucía Castilla y León Castilla-La Mancha C. Valenciana Economía Deportes Motor Sostenibilidad Estilo esTendencia Salud ESdiario TV Viajar Mundo Suscribirse

Menders, recuperando el encanto de la sastrería

Con la idea romántica de rescatar el oficio de sus antepasados, José Carreño es un sastre del S.XXI que acerca la elegancia de los trajes a medida a quien busca diferenciación.

| B.Fadón Moda

Marve era una de las sastrerías más conocidas de Logroño, una tienda a la que los riojanos acudían regularmente para ir bien vestidos tanto en sus obligaciones laborales como en las citas señaladas. Cuando le llegó la hora de jubilarse, José Antonio Martínez Perea, el alma mater del negocio, no encontró quien siguiera con su oficio de elegir, cortar y ensamblar las mejores telas que pacientemente seleccionaba cada temporada, así que en los albores de este siglo bajó la persiana para siempre. 

Veinte años más tarde, en pleno confinamiento global por la pandemia del Coronavirus, un pensamiento atormentaba a su nieto, José Carreño Martínez, que no entendía ni quería aceptar que el negocio que con tanto esfuerzo habían levantado su bisabuelo y su abuelo se perdiera. José se dedica a temas de banca, pero durante el parón del Covid se empapó de las tendencias actuales de la sastrería y decidió que quería darle una vuelta de tuerca e innovar en un oficio de toda la vida pero que sigue siendo muy demandado.

Para ello su modelo se debía basar en una premisa, la personalización máxima. Como sus antepasados hacían en Marve, quiere ofrecer un servicio exclusivo e íntimo a los clientes que busquen recuperar la elegancia de llevar un traje a medida, algo que lejos de ser un lujo es un placer que permite a quien lo viste mejorar su presencia y ganar confianza personal. Para llevar a cabo su proyecto José involucra a sus dos mejores amigos de la carrera, Eduardo Fernández y Fernando Francés, que, aunque se dedican a otras profesiones financieras, son igual de apasionados por la moda que él. 

Esa es la semilla de Menders, cuyo nombre deriva del colegio mayor donde coincidieron los tres socios en su etapa universitaria, Mendel, con una variación a una línea más tradicional orientada a la moda masculina. La búsqueda de los mejores proveedores, entre los que están firmas de tejidos de sobrada fama como la inglesa Alfred Brown o las italianas Carnet, Drapers, Piacenza o Loro Piana, así como la selección de los sastres locales que les ofrecieran las garantías y tiempos que buscaban, fue lo más complicado del arranque.

Los viajes al extranjero para cerrar los acuerdos con los fabricantes se combinaban con la puesta en común del estilo que querían imprimir a su marca, y la calidad y comodidad de cada creación, junto con la máxima capacidad de personalización de sus creaciones es la seña de identidad que buscaban conseguir con Menders.

El de sastres es un gremio que ha ido desapareciendo a lo largo de los años, y dado que en Menders buscaban unas cualidades concretas adaptadas al modelo de negocio propuesto por su marca: juventud, flexibilidad e innovación a la hora de proponer nuevos patrones y diseños que se adaptasen a las necesidades cambiantes tanto de trabajo como ceremonias en la actualidad, la selección de los responsables de este artesanal oficio es lo que más quebraderos de cabeza les ha dado.

 

Cada traje lleva consigo una dedicación de más de 50 horas que busca un corte perfecto de los exclusivos tejidos que en Menders se encargan de ofrecer a sus clientes, y la experiencia de José les ayuda sacar el máximo partido del patronaje a medida. Normalmente esta dedicación conlleva precios que superan con facilidad los 3.000 euros, pero gracias a la contención de costes fijos que les permite su enfoque minimalista permite a esta marca ahorros de hasta dos terceras partes.

Con la vida social plenamente recuperada y con la presencialidad en las oficinas retomando el pulso, un traje a medida de Menders será la mejor carta de presentación de nuestro estilo y gusto por el buen vestir. Los trajes industriales pecan de estandarización y quedan ridículos si no dispones de un cuerpo “estándar”. Además, con las capacidades de personalización que ofrecen las creaciones a medida de Menders, podrás elegir el número de botones, el tipo de bolsillos, el estilo de las solapas, como serán las aperturas traseras, qué pliegues poner en el pantalón y darle un toque único con forros de diseños espectaculares coronados con tus iniciales.