| 09 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Cabecera del último 8M
Cabecera del último 8M

La izquierda no quería el voto femenino y sus herederos son como Máximo Pradera

Buena parte de la izquierda se opuso al voto de las mujeres, impulsado por una liberal. Y sus herederos vejan a Ayuso, Olona o Levy mientras presumen de abanderar la igualdad.

| Fernando de Rosa Opinión

 

Estamos en una semana que culminará con la celebración del 8-M, es decir el día en que se van a celebrar actos para reivindicar la igualdad efectiva de la mujer. Por eso es necesario recordar que la izquierda no puede apropiarse, con su acostumbrada soberbia, de las conquistas que las mujeres han ido realizando por su propia fuerza y en muchas ocasiones, en contra de  lo que ellos mismos denominan “progresismo”.

Victoria Kent, diputada del Partido Radical Socialista, pidió expresamente que no se aprobara el voto femenino. En igual sentido se pronunció Margarita Nelken, diputada del PSOE, que llegó a afirmar que la mujer no estaba preparada para ejercer el derecho al voto.

Los motivos que se alegaron eran que la mujer era influenciable, cayendo en el  sectarismo tradicional de la izquierda, que considera que quien no vota lo “políticamente correcto”, no merece tener igualdad.  

 

Podemos recordar, igualmente, otras perlas proferidas por políticos de la izquierda de la época. Roberto Novoa, de la Federación Republicana Gallega, afirmó: “el histerismo impide a la mujer votar hasta la menopausia”. Hilario Ayuso, del Partido Republicano Federal, propuso que los hombres pudieran votar a los 23 años y las mujeres, a partir de los 45, otro que consideraba la menopausia como momento en que la mujer adquiría suficiente criterio para ser igual al hombre.

También está el discurso de Eduardo Barriobero, del partido Republicano Democrático Federal, que pidió excluir del derecho al voto a las 33.000 monjas que había entonces en España. Evidentemente todos estos partidos conformaron el Frente Popular en las elecciones de 1936.

Fue Clara Campoamor

Frente a este discurso, se levantó la voz de la política liberal Clara Campoamor que fue la gran luchadora por la igualdad de la mujer y que tuvo que abandonar España al estallido de la guerra civil porque: “la anarquía que reinaba en España y la falta de seguridad personal, incluso para los liberales, o quizá sobre todo para ellos, me impusieron esta prudente medida”.

Al final, por 161 votos a favor y 121 en contra, se materializó el voto femenino el 1 de octubre de 1931. No obstante, aún la izquierda, en diciembre de 1931, intentó retrasar el voto femenino aprovechando el abandono puntual de la derecha del Congreso, volviendo a perder por un estrecho margen de 127 votos contra 131.

Este es el pasado y el presente de la izquierda en la lucha por la igualdad, solo las mujeres de su esfera ideológica pueden ser iguales, el resto: “a callar”

Hoy en día sigue la izquierda alardeando de su lucha por la igualdad de la mujer, pero las frases contra las mujeres que no aceptan el concepto del feminismo oficial se siguen produciendo.

 Así pues, el Vicepresidente segundo del gobierno, Pablo Iglesias, deseó azotar hasta que sangrara a la periodista Mariló Montero, además consideró que su íntima amiga Dina era incapaz de tener su móvil porque consideraba que “no estaba preparada para gestionar el contenido del mismo”.

Más ataques

La Fiscal General del Estado afirmó que ella prefería a los hombres jueces a las mujeres jueces, llegando a reír las gracias de su “amigo en complicidades” Villarejo, sobre la creación de una “agencia de modelos para sonsacar información vaginal” a gente importante.

El diputado socialista, José Zaragoza, se ha burlado de Andrea Levy a causa de su enfermedad, sin pedir disculpas y sin que las feministas socialistas hayan dicho nada. El concejal valenciano de Compromís, Grezzi, se hizo famoso luciendo camisetas en la que se azotaba a Rita Barberá.

 

El famoso periodista de izquierdas Pradera ha deseado un cáncer a la diputada de Vox, Macarena Olona. La ministra de Igualdad utiliza a mujeres de su gabinete como niñeras. La candidata de Podemos al CGPJ, Victoria Rosell, está denunciada por explotar a mujeres que estaban en su servicio doméstico.

Tampoco podemos olvidar los insultos de la histórica socialista feminista Amparo Rubiales, contra Isabel Díaz Ayuso: “eres tonta, inferior”, o los insultos del portavoz del PSOE, Óscar Puente, llamándola desequilibrada mental. Este es el pasado y el presente de la izquierda en la lucha por la igualdad, solo las mujeres de su esfera ideológica pueden ser iguales, el resto: “a callar”.