| 29 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, comparece desde la Moncloa tras aceptar el encargo del Rey para la investidura
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, comparece desde la Moncloa tras aceptar el encargo del Rey para la investidura

Sánchez recurre a la RAE para su investidura: dos palabras tabú en el camino

Feijóo denuncia que “no hay nadie a los mandos en España” y que la repetición de elecciones está en manos de Puigdemont

| Benjamín López Opinión

El presidente del Gobierno en funciones Pedro Sánchez ha aceptado el encargo del Rey para ser candidato a la investidura. Lo ha hecho, dice él mismo, con “ilusión y responsabilidad” y, habría que añadir, con un plan muy claro que pasa por echar mano del diccionario de la RAE. 

Sánchez compareció en el Palacio de la Moncloa cuando probablemente debería haberlo hecho desde el Congreso o desde la sede del PSOE en la calle Ferraz. En eso de la neutralidad institucional no anda demasiado avezado. Pero más allá de ese detalle hubo otro que llamó más la atención y que responde a un plan: evitó en todo momento nombrar la palabra amnistía. 

 No es casual, por supuesto. La estrategia la empezó a dibujar hace unos días Salvador Illa, el ex ministro de Sanidad y líder del PSC que a la pregunta de si da por hecha la amnistía contestó que “no da nada por hecho”. Lo primero, por tanto, es negar la evidencia, negar lo que aceptaron como condición ineludible de Junts para formar la Mesa del Congreso y dar la presidencia al PSOE. 

Una vez negada la amnistía el segundo paso consiste no pronunciar la palabra maldita, esa que dijeron Sánchez y más de una decena de ministros que a todas luces era imposible por inconstitucional. Y el tercer paso es buscar en el diccionario de la RAE un nuevo término para referirse a la amnistía sin citarla. Hay que buscar un disfraz verbal al término del tipo de “alivio penal”, probablemente quemado por prematuro.

 El presidente en funciones utilizó muchos términos para acercarse a la amnistía sin tener que nombrarla. Como si fuera el conocido juego de mesa ‘Tabú’, Sánchez habló de “superación del conflicto”, de “convivencia”, de “generosidad”, de “concordia” y de “reencuentro”. 

Así que no se aprobará una amnistía sino una ley de reencuentro, una ley de convivencia o de concordia… Las posibilidades del diccionario combinadas con la capacidad eufemística de la izquierda son capaces de sorprendernos con cualquier otro término aún más elaborado y cursi. De esa forma conseguirán, como siempre, que el que se oponga a una ley de convivencia o a una ley de concordia y reencuentro sea poco menos que un peligroso fascista.

Sánchez compareció en el Palacio de la Moncloa cuando probablemente debería haberlo hecho desde el Congreso o desde la sede del PSOE en la calle Ferraz. En eso de la neutralidad institucional no anda demasiado avezado


“Hacer política implica generosidad, compromiso con tu país y liderazgo. A eso tenemos que ser convocados todos aquellos que queremos resolver en una democracia como la española un problema político como el que hemos sufrido (en Cataluña)”, dijo Sánchez sin pestañear, como si nos estuviera haciendo un favor a todos en lugar de hacérselo a él mismo para conservar el poder. El que se oponga es que no quiere que haya paz en Cataluña.

Referéndum de autodeterminación, de entrada no

El referéndum de autodeterminación sí lo nombra Sánchez. Al menos de momento. Según afirma,  es imposible porque “no solo es que no lo contemple la Constitución sino que además es contrario a lo que yo siempre he defendido con mi palabra y con mi acción”. Si depende de su palabra, en fin, ya sabemos. También se oponía a la amnistía, aunque, claro, no va a haber amnistía sino ley de concordia. 

No habrá amnistía sino algo idéntico que se llamará de otra manera y el que se oponga a una ley de convivencia o a una ley de concordia y reencuentro será poco menos que un peligroso fascista

Veremos qué ocurre con el transcurso de los días,  porque la solemnidad de los separatistas aprobando en el Parlamento catalán una resolución en la que se exige a Sánchez que pueda celebrarse un referéndum en Cataluña les obliga a no renunciar sin más. El candidato del PSOE tendrá que poner negro sobre blanco alguna referencia velada al asunto.

De nuevo el diccionario de la RAE cobra protagonismo. A ver qué sinónimo o qué expresión encuentran que sirva para que los separatistas presuman de obtener el compromiso hacia el referéndum y al PSOE para negarlo. Cualquier cosa es posible. 

Feijóo cree que la investidura no depende de Sánchez sino de Puigdemont

 

En el PP, mientras tanto, observan con preocupación la situación. “Si de Sánchez depende habrá investidura”, dicen con total convencimiento, aunque, como ha matizado el propio líder popular, Alberto Núñez Feijóo, cualquier cosa es posible porque en España “no hay nadie a los mandos”. 

Así, dice, “por supuesto que puede haber nuevas elecciones”, es algo que no va a decidir Sánchez sino “el independentismo catalán y muy especialmente el señor Puigdemont”. De forma muy gráfica el presidente del PP describe a Sánchez como “un actor de reparto en una obra que dirige el señor Puigdemont”.