| 26 de Abril de 2024 Director Benjamín López

× Portada España Investigación Opinión Medios Chismógrafo Andalucía Castilla y León Castilla-La Mancha C. Valenciana Economía Deportes Motor Sostenibilidad Estilo esTendencia Salud ESdiario TV Viajar Mundo Suscribirse
Irene Montero,  de principios variables
Irene Montero, de principios variables

Irene Montero, la feminista a tiempo parcial

La ministra de Igualdad lo mismo despide a Teresa Rodríguez en plena baja maternal que se calla ante los chistes machistas de Fernando Simón sobre las enfermeras.

| El Azotador Opinión

 

Desde que surgió Podemos es una mezcla de “Al salir de clase” y la novela de Agatha Christie “Diez Negritos”. A la que algún tiquismiquis con ínfulas ha propuesto rebautizar como “Eran diez” para que no se molesten los ofendiditos de lo racial.

Ya saben, aquella serie de niñatos consentidos que estaban todo el día regañados o liados entre ellos. Hablaban como si las chorradas que les pasaban fueran muy solemnes y el mundo se paralizara para asistir conmovido a sus dramas. Y el resto del tiempo se liaban. Todo muy “Jó tía”, vamos.

Y luego está la segunda parte, la de ir cargándose uno a uno a todos los invitados a la fiesta. Ya cayeron los Errejón, Alegre, Bescansa, Tania Sánchez y demás represaliados del “macho alfa”, que daba muchos besos en Vistalegre y muchas puñaladas al salir de guateque.

La última víctima ha sido Teresa Rodríguez, la fundadora de Adelante Andalucía y pareja de Kichi González, alcalde de Cádiz. Que oye, de votarles no son, pero al menos viven como predican, tenían trabajo, se han recortado el sueldo y viven en el mismo pisito de siempre.

 

A Teresa la han echado de Podemos en plena baja maternal. Y la ministra de Igualdad, Irene Montero para los amigos y Cruela de Vil para el resto, lo ha justificado diciendo que “la política no se para”. Un caso que recuerda mucho al de Letizia Dolera, látigo de machistas cuando 

Ahí tienen a la ministra del lenguaje inclusivo, la de perseguir el color rosa, la de poner a taradas a legislar sobre igualdad y la de convertir a todos los hombres en sospechosos y a todas las mujeres en víctimas… justificando el despido de una madre recién parida porque no es de su camarilla.

Silencio con Simón

Iglesias y Montero se creen Sartre y Beauvoir, pero no pasan de los Ceaucescu. Y nada mejor para saber quién son que leer la respuesta de la propia Teresa Rodríguez a la Ministra de Igualdad A Ratos tras ser pasada a piolet en la mejor tradición comunista:

“Todo el mundo sabe que no estoy en política por el dinero porque yo sí tengo un curro al que volver y la política no me cambió de barrio”. El  "Ayyy", cuenta la leyenda, aún se escucha en Galapagar. Anuque un poco menos que el silencio de la ministra con Fernando Simón, capaz de hacer chistes sexuales sobre las enfermeras en el país con más sanitarios contagiados del mundo.

Una cosa es pedir en Carnaval que no se disfrace nadie de enfermera, por sexista, y otra decirle al insoportable portavoz pandémico que se vaya a casa o a algún garito sórdido que quede abierto a bromear sobre el tema que ha soliviantado, con razón, al Consejo General de Enfermería de España.