| 19 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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El cebo de los borreguitos en la trampa estelada

Llegados hasta este punto de desafío independentista en Cataluña, al Gobierno del Estado y la Justicia no les debe temblar el pulso e imponer el imperio de la ley.

| Jordi Rosiñol Opinión

Ya sea por cándida subestima, negligente ignorancia, o una combinación de ambas por parte del Gobierno de España, han dejado en las retinas de mundo entero las tan ansiadas imágenes de violencia contra el independentismo catalán.

El soberanismo parapetó el golpe de estado detrás de ancianos, familias y niños

Es una paradoja que un movimiento uniformado, organizado, y financiado desde las instituciones autonómicas, tropas pertenecientes a un ejército adoctrinado en el relato de odio al resto del país, que lleva años pisoteando los derechos, señalando, excluyendo y silenciando una amplia parte de los ciudadanos de Cataluña, de un día para otro por hacer cumplir la legalidad vigente pasen a ser un movimiento martirizado.

En cualquier país democrático se habría atajado hace muchos años el problema, pero llegados al extremo de desafío de estas semanas en Cataluña por parte del gobierno regional, partidos políticos afines, y asociaciones creadas para el pastoreo de los fieles, no hay duda de que la contundencia de la legitima acción de la fuerza ejercida por el estado hubiera sido mucho mayor, (véase actuaciones policiales ante manifestaciones contra el G20, por ejemplo) la diferencia con los hechos del 1-O en Cataluña fue que aunque la actuación de la Policía Nacional y la Guardia Civil es prácticamente en todos los casos proporcionada, lo que no se esperaba era el tipo de resistencia que organizó el movimiento secesionista parapetando el golpe de estado detrás de ancianos, familias, niños, etc.

 

 

Como dice el refrán “Más vale una vez rojo que ciento amarillo” y ya que el Gobierno por primera vez en treinta años decide coger el toro por los cuernos, y decide frenar el golpismo deteniendo a responsables del mismo, no debían solo amagar y ante la primera deslealtad de los Mossos d´Esquadra en los hechos acaecidos en la Conselleria de Economía frenar en plena labor, e intentar coordinar con los mismos golpistas como parar el Golpe.

Los pastores del proceso tenían claro que el 1-O tocaba mover las unidades de borregos estelados, y no las manadas de lobos

Como mínimo había que tener alguna duda ante los planes del cuerpo policial autonómico para cumplir la orden judicial de evitar el referéndum, —"Iremos a las seis de la mañana, no usaremos las defensas, desalojo pacifico", decían— y a última hora, con los colegios llenos de “pacíficos” borregos y después de comprobar la traición policial al estado de derecho, se recurre precipitadamente a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, y estas se encuentran que tienen que solucionar solas un problema de gran magnitud, solos, y sufriendo el cobarde eco silencioso de un gabinete de crisis enterrado en la meseta.

Ya días antes se cebó la trampa desde las CUP, amenazando con sus movimientos anti sistema “defendiendo los colegios” anunciando la llegada a Barcelona de diversos autobuses llenos de “Borrokas” y anti sistemas del resto de Europa. Un cebo que ponía en guardia a las unidades de intervención por la conocida violencia en la actuación de dichas organizaciones. Y en cambio los pastores del proceso tenían claro que el 1-O, no era el día de las manadas de lobos, tocaba mover las unidades de cándidos borregos estelados.

Sonrojante

Y en la desnortada madriguera madrileña de Moncloa continua el silencio, “casualmente” el mismo sigilo que tuvo RTVE toda la jornada. Quince escasos minutos le dedicó el presidente para pronunciar el mismo discurso manido de siempre, para acabar destacando, que quiere hablar en el Congreso, que se va a reunir con los otros partidos políticos, que tiene las puertas abiertas, y que como prometió no iba a celebrar ningún referéndum, y así ha sido. Inexplicable, colegios abiertos, mesas electorales, censo universal, urnas, papeletas, recuento, centro de datos y macrofiesta independentista para celebrar el resultado del sonrojante e ilegal referéndum.

La ley, ya

Presidente, llámele x, pero lo del domingo se pareció mucho a un referéndum, un acto que para postre sirvió a los golpistas, que, sin esconderse, con luz y taquígrafos declaren tras el éxito se va a proclamar la independencia en los próximos días. Es urgente que se aplique el 155 y lo antes posible elecciones autonómicas para reconstruir el daño progresivo hecho en la convivencia de la sociedad catalana durante los últimos treinta años, y que el domingo le explotó en las narices al mundo entero.