| 19 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el por entonces vicepresidente, Pablo Iglesias.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el por entonces vicepresidente, Pablo Iglesias.

La misión de Sánchez: salvar al soldado Iglesias para evitar la debacle el 28M

El presidente ha puesto en marcha una operación de ingeniería electoral para sostener a Podemos en aquellas Comunidades donde los necesitan para impedir el vuelco a la derecha el 28 de mayo.

| Fernando de Rosa Opinión

En los últimos días algún medio de comunicación ha puesto de manifiesto que Pedro Sánchez había ordenado a su partido que realizara todo lo posible para sostener a Podemos en aquellas Comunidades Autónomas y Ayuntamientos en los que es necesario que los comunistas tengan representación para servir de muleta al PSOE e impedir el vuelco a la derecha que vaticinan las encuestas. Ahora resulta que hay que salvar a Pablo Iglesias, poniendo en marcha toda una operación de ingeniería electoral recordando la famosa película bélica 'Salvar al soldado Ryan'.

Desde luego es sorprendente la errática campaña que está llevando a cabo el aún presidente del Gobierno y que está sumiendo en la perplejidad a sus huestes. Comenzó dando protagonismo a Yolanda Díaz para disminuir el espacio electoral de Podemos, pero ahora se da cuenta que si los partidarios de Pablo Iglesias no entran en los parlamentos autonómicos de Aragón, Comunidad Valenciana, Baleares, Rioja, Cantabria, Castilla la Mancha o Extremadura, se le pondrá muy complicado a los candidatos socialistas formar gobierno. En consecuencia, pasarían a la oposición. Igualmente ocurre en cientos de municipios en toda España.

 

Iglesias, el mayor beneficiado ante el desgaste de Sánchez y Díaz

Este cambio de estrategia a escasos días de las elecciones ha sumido en el desconcierto a los partidos radicales del espacio de la izquierda de la izquierda que habían acatado la estrategia inicial de Sánchez de comerse al electorado de Podemos. Pero la más perjudicada ha sido Yolanda Díaz que se había creído el papel de la musa preferida del líder de la Moncloa y ahora tiene que adoptar el papel de telonera de los partidarios de Pablo Iglesias.

Toda esta operación está causando una gran carcajada en el directamente beneficiado, Pablo Iglesias, que está demostrando de nuevo que de estrategia nadie le tiene que enseñar nada. Ver a la “glamurosa” Yolanda cayendo en la irrelevancia en esta campaña y poner en una situación de claro nerviosismo a Pedro Sánchez es un triunfo personal, porque sale ganador en todo caso.

Así pues, si logra entrar en los gobiernos autonómicos y municipales se apunta un tanto, y si no logra entrar, pone de manifiesto el error de la 'operación Sumar' porque debilita a la izquierda y provocará la pérdida del gobierno en las elecciones generales próximas.

Por otra parte, la sobrexposición de Pedro Sánchez como candidato electoral asumiendo el protagonismo de la campaña electoral por encima de los propios candidatos socialistas está poniendo la campaña en el punto deseado por Pablo Iglesias, el cual está sentado en su sillón comiendo “palomitas” viendo cómo el desgaste es para sus dos enemigos mortales: Sánchez y Díaz.

En todo caso, está aceptando con sumo placer la operación de salvamento de su propia figura, sin crearle desgaste personal alguno, esperando la oportunidad de saldar viejas cuentas en las elecciones generales de final de año.

 

Salvar al soldado Iglesias

Steven Spielberg ideó la película “Salvar al soldado Ryan” como un alegato en el que media docena de soldados dan su vida para evitar que muriera y la escena final pone de manifiesto que Ryan nunca había estado en la necesidad de ser salvado.

Pues esa es la realidad. Iglesias está creando la ficción de que es necesario ser salvado para que la izquierda pueda seguir gobernando, y si es así o es mentira le da exactamente igual, ya que su verdadero propósito es seguir influyendo tanto en el gobierno como en la oposición. Sánchez y Yolanda Díaz son los que se la juegan y están dispuestos a que mueran los soldados que sean necesarios en esta guerra cuyo punto final son las generales de final de año, aunque las bajas afecten directamente a los partidos aliados de la izquierda radical o a miembros de sus propias filas.

El caos y el desconcierto son el mejor de los escenarios para nuestro “Ryan” Iglesias y sin duda, sabrá aprovechar la ventaja que le han dado, puesto que como dice el refrán “la venganza es un plato que se sirve frío”.