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Sobrevivir a la autocracia

Ahora que Pedro Sánchez quiere emular a Barack Obama en su nuevo libro, habrá que recordarle la frase del presidente de los EEUU: “Ningún régimen autoritario dura eternamente”

Pedro Sánchez, presidente del Gobierno

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El libro de la escritora y activista política norteamericana nacida en la Unión Soviética en 1967, Masha Gessen, titulado 'Sobrevivir a la autocracia' es una clara descripción del auge de los autócratas en las democracias occidentales. La escritora describe, desde su experiencia vivida bajo el totalitarismo soviético y su observancia de la política norteamericana, cómo cada vez se impone en nuestras sociedades occidentales la idea del individuo salvador que infiltra su idea personal de la democracia en todos los ámbitos de la sociedad, tanto mediático, cultural, judicial y económico.

El libro tiene su base en la experiencia de la gestión de Donald Trump en las elecciones presidenciales norteamericanas de 2016, pero tiene plena vigencia en la España sanchista de 2023. La colonización de las instituciones por parte del gobierno es decisión unipersonal de Pedro Sánchez lo cual, atendiendo a la visión de Gessen, hace pensar que estamos ante una figura autocrática de cuyo auge se denuncia en este interesante ensayo.

El nombramiento de Miguel Ángel Oliver, ex secretario de comunicación de Sánchez, como presidente de la agencia EFE, agencia pública de noticias, es la última manifestación de la autocracia descrita por Gessen, que pone de manifiesto que un síntoma de degeneración democrática es la ocupación de los canales de conformación de la opinión pública. Seguramente no será este el último nombramiento autocrático, pero sí es el síntoma de cual va a su intención en el ámbito de la comunicación.

Sánchez colonizó en dos fases la Fiscalía sin ningún tipo de límite moral: primero con Dolores Delgado y ahora, con el condenado por desviación de poder García Ortíz, que ha supuesto una laminación de los fiscales que llevaban como bandera la defensa de la legalidad y promocionando a aquellos que eran serviles a la hora de cumplir las órdenes del jefe autoritario. La infiltración en la Fiscalía ha sido complementaria a la entrada del sanchismo en el Tribunal Constitucional, convirtiéndose en una maniobra perfectamente descrita en el ensayo de Gessen, como primeras acciones de todo líder autoritario occidental: la ocupación judicial.

En el ámbito económico son conocidas sus maniobras en la ocupación de empresas como INDRA, que fue descrita en su momento por la prensa especializada como “nuevo ejercicio de colonización institucional” que “rebaja la calidad democrática de España”. A esta acción hay que unir las amenazas sufridas por empresas como Ferrovial, o la imposición de impuestos como método de presión institucional.

Como dice Gessen, el autócrata se infiltra en la sociedad hasta conseguir que todas las instituciones se vean abocadas para sobrevivir a cumplir las órdenes de un único individuo, que tiene la capacidad de premiar o castigar con base a su apreciación del nivel de sometimiento de los peones puestos para su dominación.

La colonización autócrata se ha producido en el CIS de Tezanos, en el Consejo de Estado, donde mandó a su ministra de Trabajo, Magdalena Valerio, y cuyo nombramiento ha sido anulado por la Justicia por arbitrario. Ha colonizado los nombramientos diplomáticos a ex ministros sin experiencia internacional, además de poner a dirigir organismos públicos a amigos, incluso de equipo deportivo, sin ningún tipo de mérito que no sea su dedazo autocrático, sumiendo en el caos servicios esenciales como Correos.

Rebeldía democrática

Para sobrevivir a la autocracia es necesario el ejercicio de la rebeldía democrática, denunciar el nepotismo y la arbitrariedad, pero sobre todo, tener un Poder Judicial plenamente independiente. Contra más se levante la bandera de la libertad, de la igualdad y de la independencia de las instituciones y órganos constitucionales, menos se extenderá la marea del autoritarismo.

La manera de gobernar en la que un individuo tiene la ambición de imponer leyes contra una parte de la sociedad para contentar a unos, mediante la exclusión del resto y así mantenerse en el poder gracias al ciego fanatismo de sus seguidores, es una de las muestras del autoritarismo del siglo XXI al que debemos sobrevivir mediante la defensa de la Constitución y la división de poderes.

En definitiva, ahora que Pedro Sánchez quiere emular a Barack Obama en su nuevo “libro”: tierra firme, incluso con la fotografía utilizada en la carátula del mismo, habrá de recordarle la frase del presidente de los EEUU: “ningún régimen autoritario dura eternamente”. El manual para sobrevivir al autoritarismo tiene nombre: Constitución.

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