| 27 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Ada Colau, Yolanda Díaz y Mónica García
Ada Colau, Yolanda Díaz y Mónica García

Asesinato en Magariños

lo que no esperaban los expertos en campañas, es que Sumar ha parecido más es un “remember” de la famosa novela de Agatha Christie “asesinato en el Orient Express”

| Fernando de Rosa Opinión

Este fin de semana coincidiendo con el Domingo de Ramos cristiano, hemos presenciado la puesta en escena del lanzamiento de la candidatura de Yolanda Díaz, cuyos seguidores la llaman la “fashionaria”. El marketing con la que se ha lanzado a la actual vicepresidenta del gobierno seguramente habrá tenido en cuenta estas dos imágenes, la de las palmas religiosas y las del recuerdo de la sanguinaria  militante comunista de la guerra civil española, Dolores Ibarruri.

Pero lo que no esperaban estos publicistas expertos en campañas, es que lo que ha parecido más es un “remember” de la famosa novela de Agatha Christie “asesinato en el Orient Express”, en la que toda la trama gira en torno a quien asesinó al viajero llamado Ratchett y que resultó ser un asesino. Evidentemente, en el polideportivo Magariños de Madrid se juntaron muchos personajes que, como en la famosa novela, querían asesinar a un asesino profesional.

En la novela, todos los sospechosos tenían motivos para eliminar al viajero, y en el acto de Sumar todos los intervinientes tenían motivos para apuñalar al ausente Pablo Iglesias. Toda la escenografía tenía un único objetivo que era eliminar la casa madre de todos los presentes: Podemos.

Ha habido otras puñaladas contra Pablo Iglesias el pasado 2 de abril en el pabellón madrileño, todas ellas de personajes secundarios de hasta 15 partidos políticos que conforman el universo comunista en España y como en la famosa novela de Agatha Christie, todos tenían motivos

Yolanda Díaz, la impulsora del asesinato, y que ha abierto la caza con la primera puñalada, es experta en ir eliminando a todos sus padres políticos desde su militancia comunista, heredando la vieja tradición del estalinismo de las purgas periódicas. En este caso, sus genes comunistas han mutado al ámbito del TikTok, pero siguen teniendo la misma marca de la casa: la eliminación del contrario, eso sí, con mucho glamour y vestida de blanco “radiante va la novia”.

La segunda puñalada la ha dado Íñigo Errejón, purgado en su momento por el propio Pablo Iglesias, y que ha puesto de manifiesto lo sabio que es el refranero español, ya que la venganza es un plato que se sirve frío. Así, de forma calculada y despiadada, el “muy amigo” de correrías comunistas de su mentor Pablo Iglesias, se hizo presente en el polideportivo y, como si fuera el “Orient Express”, clavó el puñal. Supongo que Errejón recordaría los actos de Vistalegre y el grito de “sí se puede”, pues sí que ha podido vengarse de forma pública como le gusta a los comunistas de solera.

La tercera puñalada la lanzó Ada Colau, que se formó en los círculos comunistas de Barcelona, y que no puede perdonar la pinza que le han hecho Pablo Iglesias y Rufián durante estos años. Por fin, la alcaldesa de la ocupación ilegal ha encontrado acomodo en el personal tren de la vicepresidenta y dará las puñaladas que haga falta y a quién sea necesario para obligar al PSOE a mantenerla en el ayuntamiento.

Mónica García, médica y madre, también quiso estar en el pabellón del asesinato, en este caso por puro disfrute personal, porque simplemente Pablo Iglesias le cae mal y Yolanda Díaz le cae bien por sus coincidencia en la política “fashion” de lujo y buena vida.

El siguiente invitado en entrar en el “vagón del apuñalamiento”, ha sido el alcalde de Valencia, Joan Ribó, que se decidió en trabajar un domingo. No hay que olvidar que es conocido en la capital valenciana por su poco “estrés laboral”, hasta tal punto que los funcionarios saben que es la hora del ángelus a las 12 del mediodía, cuando acaba la jornada laboral de Ribó.

El motivo de decidirse a trabajar un domingo ha sido,  sin duda,  el deseo de eliminar a Podemos de la carrera electoral y así lograr la mayoría que todas las encuestas le niegan en la ciudad de Valencia, y para eso tiene que matar al mentor de la candidata podemita al ayuntamiento.

Mónica García, médica y madre, también quiso estar en el pabellón del asesinato, en este caso por puro disfrute personal, porque simplemente Pablo Iglesias le cae mal y Yolanda Díaz le cae bien por sus coincidencia en la política “fashion” de lujo y buena vida.

Ha habido otras puñaladas contra Pablo Iglesias el pasado 2 de abril en el pabellón madrileño, todas ellas de personajes secundarios de hasta 15 partidos políticos que conforman el universo comunista en España y como en la famosa novela de Agatha Christie, todos tenían motivos, pero queda la reacción del “muerto” que es capaz de decir alto y fuerte: “los muertos que vos matáis gozan de buena salud”.