La "Operación Fusión" entre PP y Cs en Madrid arranca... pero no despega

Algo ha cambiado en las relaciones entre el PP y Ciudadanos en toda España, para bien al menos de la alianza preelectoral que en el pasado no fue posible, con el beneficio que todo ello tuvo para las aspiraciones de Pedro Sánchez, muy beneficiado por la fragmentación del centroderecha.

Aunque haya sido a palos, todos han tomado nota y el esfuerzo por evitar otra así es evidente en los cuarteles de ambos partidos, con VOX algo lejos todavía de toda alianza... hasta después de votar, que Madrid o Murcia son ejemplos de que, llegado el momento, también se suman a su manera.

El caso es que, no sin tiranteces internas, las elecciones en Cataluña y el País Vasco van a evidenciar la coalición de populares y naranjas, con Galicia pendiente de encontrar la fórmula oportuna sin menoscabar la opinión y el tirón de Alberto Núñez Feijóo, convencido de que las siglas PP han de ser las únicas en las papeletas de los electores.

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Pero hay algo más. El runrún incesante es la supuesta integración de Ciudadanos en el PP, algo que en principio no se plantean los primeros por la razón, evidente, de que no es necesaria cuando quedan técnicamente tres o hasta cuatro años para las próximas Generales.

No obstante, hay barones de mucho peso en el PP, como Isabel Díaz Ayuso, que sí defienden esa posibilidad, en público y en privado, y desde ya, sin esperas ni demoras. La baronesa, que vive momentos dulces en su partido y en la Puerta del Sol tras un arranque muy difícil, no quiere esperar y si por ella fuera, la síntesis de ambas formaciones se haría ya.

Un tándem bien avenido

No es de la misma opinión el líder naranja en la Comunidad de Madrid, Ignacio Aguado, que también es una de las grandes referencias de CS en toda España y hace tándem, como pocos otros, con Inés Arrimadas. Suya es esta frase, que repite a cualquiera que le pregunte: "Algunos confunden el interés de sus partidos con el interés general".

Que nadie se confunda: no hay tensión entre ambos, o no la hay al menos en la medida suficiente como para temer nada. El Gobierno regional funciona sólidamente y mantiene las apariencias de unidad a la perfección aunque, por decirlo todo, algunas procesiones van por dentro.