| 04 de Abril de 2024 Director Benjamín López

× Portada España Investigación Opinión Medios Chismógrafo Andalucía Castilla y León Castilla-La Mancha C. Valenciana Economía Deportes Motor Sostenibilidad Estilo esTendencia Salud ESdiario TV Viajar Mundo Suscribirse
Inés Arrimadas y Soraya Sáenz de Santamaría, en una reunión reciente.
Inés Arrimadas y Soraya Sáenz de Santamaría, en una reunión reciente.

La guerra Rajoy-Rivera llega a Soraya y Arrimadas: golpe bajo de la" vice"

Como en política las decisiones tienen sus consecuencias, le llega el turno al PP de devolver con la misma moneda a Ciudadanos. Las pedradas están servidas entre formaciones y dirigentes.

| Ricardo Rodríguez Opinión

Los mentideros bullen y son escenario de la ira del PP contra C´s. La política, como es bien sabido, hace inesperados compañeros de viaje. Mariano Rajoy Albert Rivera representan una de esas parejas. Aún comparten pacto de Legislatura, pero tiran con bala en las barricadas. 

Así, autorizadas voces oficiales del partido en el poder han decidido ponerle letra a su hartazgo con los “naranjas”. Tanto que cualquiera que aproxime al oído a dirigentes, puede escuchar arremetidas tales como el “estado de congelación política” en estos últimos seis meses de C´s,  primera fuerza en Cataluña el 21-D. Nada es nunca tan fácil como pueden hacer ver esas fuentes populares. Sin embargo, inciden en la renuncia de Inés Arrimadas al liderazgo de la alternativa al independentismo ante la matemática parlamentaria. 

Un mal mayor, siempre según los consultados, ha sido la desmovilización social - ¿qué fue ya de las banderas de España colgadas de balcones y ventanas? - para dar a los independentistas la oportunidad de reorganizarse cuando a estos se les heló la sonrisa. No sólo. La pérdida de fuerza del bloque constitucional - favoreciendo el protagonismo de los secesionistas en la cámara catalana - con la negativa de C´s a prestar un diputado al PP para que pudiese formar grupo propio sigue sin ser digerida. De ninguna de las maneras. Con inquina hay quienes ven en Rivera cierto narcisismo y se preguntan si acaso él tiene el copyright de la defensa de la Carta Magna, el Estatuto de Autonomía y la soberanía nacional. 

Idéntica maldad despliegan cargos populares de primer nivel al colocar en el circuito que el intento de Arrimadas semanas atrás de dar la batalla por el relato sobre el conflicto catalán ante la opinión pública europea fue en realidad una iniciativa delegada. Se afirma o se insinúa sotto voce que la sugerencia partió, ojo, de Soraya Sáenz de Santamaría. “La vicepresidenta lo tenía claro. La lideresa de C´s ni había pensado en ese salto”, repiten. En aquella visita a Bruselas, Inés Arrimadas desplegó una intensa agenda que incluyó una cita con el embajador de España ante la UE, Pablo García-Berdoy

La brecha entre Mariano Rajoy y Albert Rivera sube de tono en privado y está lejos de ser ajena a la dispar suerte de ambos en los sondeos. “La demoscopia se usa para crear estados de opinión”, gusta ventearse en La Moncloa y aledaños. Quizá. Pero los intereses del presidente del Gobierno y del líder de C´s han entrado en conflicto en el tiempo de descuento del 155. El “15,5”, según la denominación otorgada por el núcleo duro naranja ante la laxitud del despliegue gubernamental en Cataluña. Lógico. El combate de la causa secesionista ha sido, es y será el trampolín de Rivera. Sólo deberá hurgar en las heridas. 

Rajoy y Rivera andan enfrascados en una pugna por absorber el voto del centro-derecha en el tablero electoral de toda España. Ya han empezado las escaramuzas. El cisma promete acentuarse una vez salgan de la Carrera de San Jerónimo los Presupuestos Generales del Estado de la Carrera de 2018. Será, sin caretas, la guerra total.