| 26 de Abril de 2024 Director Benjamín López

× Portada España Investigación Opinión Medios Chismógrafo Andalucía Castilla y León Castilla-La Mancha C. Valenciana Economía Deportes Motor Sostenibilidad Estilo esTendencia Salud ESdiario TV Viajar Mundo Suscribirse

La "trampa" que Sánchez cavila para que Iglesias y sus ministros sean floreros

Con el líder socialista nunca se sabe qué va a pasar, aunque Iglesias haría bien en temerse lo peor. Hay un plan para "aislarle" desde dentro del Gobierno. Y es éste.

| El Topo Opinión

 

 

 

Del "un Gobierno así no me dejaría dormir" al "un proyecto ilusionante" median quince días: los que Pedro Sánchez necesita siempre para decir lo uno y lo contrario, sin ruborizarse, con unas Elecciones siempre de por medio.

Pasar de creer que Podemos traería a España "cartillas de racionamiento" a nombrar vicepresidente de su Gobierno a Pablo Iglesias es algo que solo puede hacer el mismo dirigente que exigía disculpas a quienes le acusaban de querer acceder a La Moncloa con el independentismo a servirse de él para hacer precisamente eso: un Houdini de la política o, como dicen sus máximos detractores, un vulgar trilero.

El caso es que a este Topo le cuentan que, por bonitas que sean las palabras hacia Iglesias, por sentidos que parezcan los abrazos que se dan en público, la hoja de ruta no incluye darle precisamente mucha confianza ni demasiado poder a Iglesias y sus ministros, que serán dos o tres aparte de él.

 

Una vez estén dentro, ése es el plan, se hará lo imposible porque su capacidad e influencia sean las mínimas y se empezará por excluirles de las principales carteras: nada de Hacienda, Interior, Defensa o incluso Justicia, lo que unido a la concesión de galones máximos a Carmen Calvo en política y a Nadia Calviño en Economía, deja un estrecho margen de maniobra a Podemos.

¿Qué competencias para Iglesias?

Queda la cartera de Empleo como principal caramelo, pues en ella se ubican las relaciones estratégicas con los sindicatos, pero el PSOE está haciendo lo imposible por quedársela a cambio de un reforzado Ministerio de Asuntos Sociales, con la Sanidad y la Educación rondando, y tal vez alguno de nueva creación y rimbombante nombre.

Y ojo a otros dos dilemas que ese Gobierno ya tiene antes de nacer. ¿Quién se encargará de las cruciales cuestiones territoriales? ¿Y qué competencias se le darán a la Vicepresidencia de Iglesias, toda vez que se descarta la Inteligencia, la coordinación del Ejecutivo y las decisiones económicas? Cuidado, que ahí va a haber tomate. Palabra de Topo.