| 16 de Mayo de 2024 Director Benjamín López

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El barómetro del CIS le ha sentado al PSOE como un garrotazo en la cabeza.
El barómetro del CIS le ha sentado al PSOE como un garrotazo en la cabeza.

Pedro Sánchez vuelve a tropezar en la misma piedra

El líder socialista y los estrategas del PSOE se equivocaron una vez y lo han vuelto a hacer. El CIS demostró cuál había sido su error pero,aturdidos por el batacazo, son incapaces de verlo.

| Benjamín López Opinión

El barómetro del CIS le ha sentado al PSOE como un garrotazo en la cabeza. Les ha dejado grogui, confundidos y desorientados. No es para menos, la verdad. El caso es que da la impresión de que los estrategas socialistas no razonan con claridad. Sólo así se explica la reacción que han tenido y que consiste precisamente en reincidir en la misma táctica que les ha condenado. Si Pedro Sánchez queda segundo ofrecerá un pacto a Ciudadanos y Podemos para echar al PP, dice abiertamente el PSOE. Es decir, pactar con el que se le ponga por delante con el único objetivo de desbancar a Rajoy, aunque éste sea el más votado.

Eso es justo lo que hicieron tras las elecciones municipales y autonómicas de mayo y eso es lo que el CIS demuestra claramente que han pagado muy caro. Sus pactos con los 'podemitas', con los nacionalistas e independentistas, le pasan factura a Sánchez en Madrid, Valencia, Cádiz, Castilla-La Mancha... No hay más que mirar los datos publicados el jueves para darse cuenta de que esa estrategia le está saliendo rana. Pero en el Partido Socialista no lo ven o no lo quieren ver. Tanto es así que, de nuevo, ofrecen un pacto de perdedores sin ton ni son, al primero que se le ponga a tiro, o a todos a la vez, con tal de echar a Rajoy. Es legítimo hacerlo, desde luego, pero también parece claro que muchos ciudadanos lo perciben como algo antidemocrático y lo castigan.

No obstante, lo malo a mi juicio no es sólo que Sánchez quiera montar un Gobierno de perdedores sino que esté dispuesto a pactar con partidos situados en polos opuestos. Eso demuestra que no hay proyecto político detrás, que sólo busca el poder por el poder. Le da igual abrazar a un partido de extrema izquierda que a un nacionalista o a un anarquista o a uno de centro. El caso es echar al PP. ¿Para qué? Eso no lo sabemos. Pedro Sánchez, tampoco. Sólo quiere ser presidente a toda costa.

En honor a la verdad hay que decir que es comprensible su actitud. Sólo La Moncloa le puede salvar de ser devorado por los suyos.

En honor a la verdad hay que decir que es comprensible su actitud. Sólo La Moncloa le puede salvar de ser devorado por los suyos. Si fracasa no tendrá una segunda oportunidad. Sabe que sus propios compañeros lo van a despellejar vivo. Y hay que ser un verdadero héroe para sobreponerse a eso. Además, y ese es el gran problema de fondo de los socialistas, hay que tener ideas que vender, hay que creer en algo. Y los socialdemócratas en general andan perdidos, no saben muy bien qué defienden. Sánchez, en concreto, no sabe realmente si reducir el déficit o gastar a mansalva, si subir los impuestos o bajarlos. Tampoco tiene claro si quiere una España unida o un conglomerado de mini naciones, si bombardear Siria o sacar la pancarta del 'No a la guerra'. Nada entre dos aguas en estos asuntos y otros, en permanentes contradicciones ideológicas. Y para colmo ahora nos dice que quiere pactar con Podemos y Ciudadanos, con dos partidos que defienden cosas opuestas en casi todo.

Pedro se vuelve a equivocar en la estrategia, tropieza de nuevo en la misma piedra y me parece que eso le condena definitivamente. ¡Menuda campaña le espera! Tiene que ser durísimo pelear tanto durante 15 días intuyendo que al final del camino sólo hay un precipicio.