¿El monolito del 15M que quiere Compromís o un nuevo caso de amiguismo?

La ocurrencia de poner un monolito en honor del movimiento del 15M podría ocultar detrás algo más que un dudoso gusto por la historia de Valencia o la estética. Si la iniciativa ya ha levantado de por sí mucha polvareda, la cosa se vuelve más turbia si vemos el contrato con el que se pretende hacer el monolito. 

Según ha denunciado el PP de Valencia, el monolito se adjudica por 2.999,59 euros, justo 41 céntimos menos que el límite que marca la ley para pedir otras ofertas. Dicho de otro modo, se hace un contrato adrede de menos de 3.000 euros justos para poder darlo a dedo en lugar de abrir ofertas e ir a concurso.

Esta táctica, que pueden hacer las administraciones para contratos menores, también es un tejemaneje para poder dar el contrato a dedo a un amigo sin tener que pasar por ver otras ofertas. Quizá así se entiende mejor la insistencia de Compromís en una iniciativa que no cuenta ni con respaldo ciudadano ni siquiera con el de sus socios del PSOE que se han desmarcado de la propuesta.

La propia Sandra Gómez ha dicho que además del 15M se podría poner monolitos por múltiples causas, que la democracia no empezó con este movimiento, y aunque no lo ha llegado a censurar del todo no parece muy contenta con la idea (otra cosa es que por no tensionar el Rialto lo acepte a regañadientes).

La concejal del PP, Julia Climent, ha lamentado que “se politice la plaza del Ayuntamiento convirtiéndola en la plaza del 15-M. Desde el PP esto es un nuevo abuso del gobierno de Ribó que sigue gobernando de manera sectaria como acostumbran a hacer cuando conceden ayudas a los grupos catalanistas afines al alcalde Ribó. Sólo gobiernan para los suyos, y la Plaza del Ayuntamiento es de todo los valencianos”.