El saludo fascista protagoniza el entierro del ciclista que se tragó una abeja

La polémica está servida en Algemesí, localidad a la que pertenecía Ramón Pérez Ahuir, el ciclista que murió la semana pasada al tragarse una abeja cuando estaba practicando ciclismo, tras un vídeo que corre por las redes sociales en el que los allegados del difunto acompañaron la ceremonia del funeral cantando el Cara al Sol con el brazo en alto, simulando el saludo fascista.

El entierro del que fue una "camarada ejemplar" tuvo lugar el pasado viernes y los presentes quisieron conmemorar su activismo con este cántico y el brazo extendido en lo alto. El suceso impresionó al resto de asistentes que se encontraban en el cementerio y ha causado la indignación de los vecinos.    

Según ha expresado la alcaldesa de la localidad, Marta Trenzano, los vecinos han mostrado consternados ante los hechos y desde el Ayuntamiento se ha iniciado una investigación para identificar a las personas que protagonizaron las imágenes al tratarse de un acto de exaltación del fascismo en un entorno público y que va en contra de la Memoria Democrática.

En contraste con la condena del Ayuntamiento del municipio, la "familia Falangista" dio su pésame al difunto a través de las redes sociales e incluso la cuenta de Facebook de Falange Española de las JONS Valencia publicó un mensaje de despedida para su camarada en el que resaltaba su trayectoria ideológica; en el mundo de la falange de sed los 14 años.  

"Su lucha, siempre constante, le llevó a formar parte de varias organizaciones políticas a través de los años. En la actualidad y desde hace unos años militante muy activo de la asociación Cultural ACIMJI y de Falange Española de las JONS, siempre dispuesto a toda clase de actividades tanto al aire libre, en las mesas de difusión y propaganda cómo en cualquier clase de trabajo para el que fuera solicitado. Ejemplo de Camarada y Amigo donde los haya", subraya el texto que llora su pérdida. 

 

Investigación

Ante la situación, Trenzano ha comunicado que las imágenes ya se encuentran en manos de la Conselleria de Transparencia y Calidad Democrática para ser analizadas bajo la estricta mirada de la nueva Ley de Memoria Democrática, que sí podría tipificarlas como delito.