De qué escribir …

He estado tentado de encabezar con “Las tribulaciones de un columnista aficionado”, pero ya he aprendido de mi director, Álvaro Errazu, que hay que saber elegir un buen titular para que se lea un artículo.Y mucho me temo que hoy lo tengo complicado. Si elijo el segundo, no me lee ni dios.

Hace un montón de años, cuando empecé una colaboración semanal en otro medio, Paco Puche -que había sido también director- me dijo: bienvenido a la cofradía del Señor de la Columna (verás como se sufre la víspera de publicar cuando no sabes de qué escribir). No se me ha olvidado nunca.

Esta semana empezó con la cantada “sustitución” de la funcionaria del CNI. Una ignominia más, otra muesca en la culata de Sánchez. Luego vino lo de llamar mangante a quien no se adhiera en su curiosa propuesta de pacto con el adversario. Con los afines lo hace, precisamente, manga por hombro. Y ha acabado con el enésimo anuncio y retraso de la rebaja de la luz, que dice Ribera que será como una especie de préstamo que habrá que devolver más tarde (tal vez con intereses).

La cantada “sustitución” de la funcionaria del CNI es una ignominia más, otra muesca en la culata de Sánchez

He oído a Olona decir que ahora es granaína. Y porqué no. En política no es necesario ser riguroso. Maroto, más discreto no dice soy de Segovia, ni me consta que se hinche a cochinillo. Tampoco que se avergüence de lo que dijo de Rita Barberá, ni haya pedido perdón en Torrent. Él sabrá. A Carlos Mazón le he oído -en el Salón grande del Ateneo, 'abarrotao' y 'entregao'- que en su primera hora de Presidente de la Generalitat, firmará la prohibición de subvenciones al catalanismo. Dios le oiga, le ayude y le conserve la memoria. También habló de territorio, política fiscal y agua. Y de agilización administrativa. Habló bien y con desparpajo. Con altanería en ocasiones (aunque, más allá de las señas de identidad y de la lengua, olvidó la Cultura).

De Cultura, el ya ex conseller Marzá, ha provocado la crisis botánica que releva a un Soler harto y a una casi ignota Pascual, traslada a Barceló (que las pasará doblemente canutas como portavoz, o portavoza, está por ver) y a España que lo seguirá haciendo bien en Hacienda, e incorpora un clínico de prestigio al equipo de gobierno. Naturalmente se mantiene Bravo, y la pelota de Oltra, en el tejado.

Carlos Mazón también habló de territorio, política fiscal y agua. Y de agilización administrativa. Habló bien y con desparpajo. Con altanería en ocasiones

Cultura es la noticia que me da ayer Madhavi Desai de que mi admirado Doshi, premio Pritzker y poeta con su arquitectura para el pueblo, acaba de recibir la Medalla de Oro de Isabel II de Inglaterra. Y a la cuna de la poesía del Cervantes don Paco Brines, a ELCA, su casa natal y santuario -hoy sede de la Fundación, al cuidado de Víctor; menos la mima la Generalitat- me he acercado, esta vez acompañado de tres de sus patronos, y del director del San Pío V, para conocer su interesante colección de pintura. No me consta que el delincuente Junqueras quisiera visitarla, ni si hubiera sido noticia como en Sueca dónde se  frustró la prevista a la casa de Fuster. Tampoco si lloró como el miércoles lo hizo en la Biblioteca de Tarongers de la UV. En Alicante se pasó tres pueblos declarándola “cuarta capital dels paísos catalans”, cuando todo el mundo sabe que no existen (¡idiotas!). Hizo muy bien Mazón en responder con contundencia en las redes sociales.

De Sueca fue alcaldesa la ya ex segunda de Cultura que es primera y consellera Tamarit, acomodada en Compromís tras su ruptura con el PSPV. En cierto modo ha vuelto a casa sin renunciar -nunca lo hizo- a sus esencias nacionalistas.

Tras leer La Presidenta me ha inspirado un cuento. Su protagonista, una periodista borracha, enrollada con un mediático fiscal anticorrupción, acaba condenada por publicar reportajes falsos y difamatorios sobre el controvertido presidente...

Y he leído La Presidenta, una novela negra, facilona, oportunista y repugnante que me ha inspirado un cuento corto que se llamará La Reportera. Su protagonista, Aricia Mackbet, una periodista ninfómana y borracha, enrollada con un mediático fiscal anticorrupción, acaba condenada por publicar reportajes falsos y difamatorios sobre el controvertido presidente cántabro Salustiano Ladilla, mientras ella era a la vez jefa de prensa de la Delegación del Gobierno Central de coalición. Lo dejaré inédito, no obstante.

(He pedido permiso para evitar esta vez las negritas en los nombres, porque son muchos. Y porque ahorra tóner y otras interpretaciones inadecuadas)

Así que he llegado hasta aquí sin saber de qué escribir y finalmente, sobre nada he escrito. Me voy a retirar unos días con mi nieto y sus amigos a La Iruela, en la Sierra de Cazorla, que acaba de ser declarada Capital del Turismo Rural 2022. A ver si para la semana que viene, visito menos, oigo menos, leo menos, y se me ocurre algo serio sobre lo que escribir. Con mis disculpas.