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La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso

La Sra. Ayuso y la comparsa socialista

Existe una diferencia entre lo que se sabe y lo que se quiere esconder por parte de la Moncloa y Ferraz.

| Josep María Felip Edición Valencia

Fácil es haber oído en los pasacalles de Fallas: “¿Mestre, quina toquem?… la mateixa, pero mes carregà de bombo!”. En Fallas, la comparsa socialista aprendió de nuestros directores de banda, y desde ese momento se repiten dándole al bombo: ¡¡“Ayuso culpable”!! Y todo, por no haberle pedido a su novio la declaración de la renta al conocerlo. Al ritmo que va el pasacalle, pronto sabremos si en la conversación que dio paso al calentón inicial de la pareja, le contó el novio a la Sra. Ayuso sus lindezas fiscales. 

Cual policía de la moral persa, la comparsa socialista avanza y el ritmo de la banda va “in crescendo”, tanto, que la domestica de Pedro Sánchez, la Sra. Montero, sacó los datos del fichero y nos enteramos del incumplimiento de lo que la Agencia Tributaria nos promete todas las primaveras cuando pasamos por taquilla: que son datos confidenciales. El novio resulta que respondió mal en la paralela y presuntamente engañó al inspector. Después le siguió el fiscal general dándonos entrada a la pieza secreta, y nos hemos enterado de todo lo que el instructor sabia. Creo que son delictivas ambas conductas. Pero qué más da, la comparsa avanza al golpe de más bombo.

Y el personal se pregunta el porqué de este esperpento. Fácil es entenderlo: «Si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que las distraigan». Este aserto, típico de las malas artes de Goebbels, en el caso de Pedro Sánchez es una realidad impepinable. Ya casi no es posible recordar los escándalos que se han ido tapando con otros durante las legislaturas sanchistas. El último de ellos, el caso Koldo, con las implicaciones de Ábalos, Illa o Armengol, ha sido respondido de forma salvaje con filtraciones a la prensa desde los aledaños de la Sra. Montero sobre el novio de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. El objetivo es convertir cualquier anécdota en un caso grave. El mismo caso de la pareja de la Sra. Ayuso es un buen ejemplo de este principio seguido a rajatabla por Moncloa y Ferraz.

Para la Sra. Ayuso no hay tregua, para el Sr. Puig no hay caso

Lo repitió la domestica de Pedro Sánchez, en el primer día de la entronización de la “Diva” de Gandía, la Sra. Morant, el domingo pasado en Benicàssim, cual desaforada vecina del barrio sevillano de Triana. La presidenta de la Comunidad de Madrid era culpable de que su novio fuera un defraudador de Hacienda. Ni le dio la oportunidad de considerarlo un presunto. Condenó a una con la acusación al otro, y se fumó un puro. Como si el que tenía enfrente, sentado en la primera fila, el Sr. Puig, estuviera exento de los desacatos de su hermano a las subvenciones recibidas y liquidadas por dos veces con las mismas facturas a la Generalitat de Cataluña y a la Generalitat Valenciana según la UCO. Para la Sra. Ayuso no hay tregua, para el Sr. Puig no hay caso.

Pero no queda ahí la cosa. El Sr. Sánchez, en el segundo día del mismo acto de entronización de la “Diva”,  insistió, elevando el tono, con el mismo argumento para desviar la atención de lo que ya se sabía y se sabe: la presunta implicación de su mujer, la Sra. Gómez,  en las subvenciones para el rescate de Air Europa, o las presuntas ayudas a su exnovio, el Sr. Martorell, actual subdirector adjunto del Consejo Superior de Deportes con un chalet recién comprado con campo de golf en Portugal tras ser presuntamente enchufado por ella y ver aumentada su fincabilidad. Todo un esperpento.

Existe una diferencia entre lo que se sabe y lo que se quiere esconder por parte de la Moncloa y Ferraz. Con toda seguridad, a la Sra. Ayuso le asista la ignorancia sobre las actividades de su novio, el Sr. González. Al fin, lo conoció después de presuntamente practicar este las artes de la evasión con Hacienda. Se observa en su peripecia, puesta en público por la Sra. Montero para tapar los devaneos de la Sra. Gómez, la consorte del Sr. Sánchez, lo que Arcadi Espada escribe de responsabilidad “in eligiendo”… novio. Débil argumento donde los haya en el que se apoyaron el pasado fin de semana ambos descontrolados, Montero y Sánchez, con la “Diva” de telonera, para exigir, una vez más, que la Sra. Ayuso dimita de su cargo de presidenta de la Comunidad de Madrid. Y ¡leña al bombo!

Con la nueva policía de la moral persa inventada por la comparsa socialista, sabed que, cuando se nos ocurra algún devaneo, no solo tendremos que pedir y/o aportar la firma del consentimiento, sino también la declaración de la renta de la presunta pareja, adjunta a una declaración de bienes y los correspondientes extractos bancarios. No sea que la Sra. Montero nos de la noticia de un caso escondido. Vete a saber, nunca se sabe.