| 26 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Embajada: Un hospital como un cachirulo

Dicen que es por el vendaval; hombre claro, por qué iba a ser sino. Lo malo es que ese los vientos huracanados no estuviesen previstos.

| Fernando Ferrando Edición Valencia

El hospital de campaña se nos vuela como un cachirulo. Dicen que es por el vendaval; hombre claro, por qué iba a ser sino. Lo malo es que ese los vientos huracanados no estuviesen previstos. ¡Vamos hombre!, en esta Comunidad cuando al poniente le da por soplar lo hace con fuerza y todos los años lo hace varias veces. Así es que el iluminado que haya cobrado por la obra debería devolver hasta el último céntimo.

Ya he dicho alguna vez que la corrupción está sobrevalorada. Ahora insisto en ello porque me parece muchísimo más grave levantar una carpa y que se la lleve el viento, que aceptar un reloj de 2.400 euros a cambio de un amaño en un concurso para hacer el pabellón de Fitur.

Pero ningún arquitecto ni ingeniero saldrá en las portadas de los periódicos ni abriendo los informativos de toda España para escarnio suyo e indignación del contribuyente. Ellos son técnicos, y a los técnicos se les permiten estos fallos, porque nadie es perfecto. Pero a los funcionarios o políticos de segundo escalón que pusieron su firma en un papel, porque se lo ordenó su jefe, sin saber lo que firmaban, a esos no se les perdona. Esos tienen que ir a la cárcel.

Lo fácil es culpar a Ximo Puig que en última instancia es el responsable de todo lo que se hace en esta Comunidad con cargo al erario público. Pero eso es tanto como responsabilizar al director de un hospital de la suciedad en la cocina. Desde luego si él no exige cuentas a quien hizo la obra, queda como único responsable. Por eso debería decirnos quién es el iluminado que se ha sacado una carrera sin enterarse de que en Valencia cada dos por tres sopla un endemoniado viento de poniente que se lleva por delante árboles, tejados, señales de tráfico y ahora también hospitales.