Irene Montero 'huye' de las protestas e ignora a una anciana desahuciada

La ministra de Igualdad, Irene Montero, escapa durante su visita a Valencia de una concentración  en defensa de una anciana desahuciada por el actual gobierno tras meses sin poder cobrar el ERTE. El objetivo de la mujer era exigirle una respuesta  y que pudiese plantearle alguna alternativa a su caso. Lamenta que "después de haber trabajado toda la vida como limpiadora", ahora la desahucian por no pagar debido a que no le llega el dinero del ERTE. Sin embargo, Montero ha decidido hacer caso omiso de las reivindicaciones. Ha saludado efusivamente a Mónica Oltra (Compromís) y a Rubén Martínez Dalmau (Podemos) mientras aprovechaba para esconderse, precisamente en un centro de atención a la mujer maltratada.

En ese mismo escenario se encontraba también la vicepresidenta de la Generalitat Valenciana y Consellera de Igualdad, Mónica Oltra, una de las principales responsables de esta situación junto con el Gobierno central. Al ser desahuciada, la mujer se vio en la necesidad de recurrir a un edificio de servicios sociales abandonado por su Conselleria mientras requería a la administración autonómica un encuentro con la consellera para encontrar alguna solución. Entonces, la política de Compromís les solicitó que se identificasen vía administrativa para poder alcanzar un acuerdo y lo que acabó haciendo fue denunciarla por lo penal, tanto a ella como al resto de mujeres que residen en el edificio abandonado.

Los manifestantes han declarado que el Ministerio de Igualdad no sirve para nada más allá de "financiar chiringuitos y vender humo". Asimismo, han intentado trasladarle que lo que de verdad le importa a las mujeres trabajadoras "no es que hable de hijes", sino que ofrezca soluciones a las problemáticas reales. 

En el interior del centro en el que se ha refugiado, un periodista de ESdiario le ha pedido que hiciese una valoración sobre las protestas, pero en su respuesta no se ha referido en ningún momento a las mismas. Al ser replicada por la misma cuestión se ha vuelto a negar a responder con la siguiente afirmación: "Ay, lo siento. Te habré entendido mal. Hasta luego".