| 28 de Marzo de 2024 Director Antonio Martín Beaumont

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Puig apela al sentido común para que la ciudadanía utilice como obligatoria la mascarilla
Puig apela al sentido común para que la ciudadanía utilice como obligatoria la mascarilla

Puig recupera restricciones y pide la mascarilla en la calle "por sentido común"

El president de la Generalitat deja en entredicho a la vicepresidenta del Gobierno, que hoy sigue defendiendo que no sea obligatoria la mascarilla en exteriores, y cierra el ocio nocturno

| H.G. Edición Valencia

Y Ximo Puig dio "marcha atrás". Lo que dijo que no haría con la pandemia. Ha recuperado recortes que, pese a estar vigentes en mayo, parecían lejanos, como reducir aforos, número de comensales por mesa en restaurantes, encuentros sociales y adelantar un posible toque de queda municipal pendiente de la autorización del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de la Comunidad Valenciana.

Bajo la habitual premisa de "no miraremos hacia otro lado, sino de frente" y la irrebatible de "antepondremos la salud por encima de cualquier otra circunstancias", el president de la Generalitat ha iniciado su intervención hoy, tras la reunión de la comisión interdepartamental, con una frase que permitía vaticinar lo que se avecinaba. "Con toda claridad, la pandemia ha empeorado", ha anticipado para justificar lo que venía a continuación.

 

Tras ese comienzo ha destacado que la incidencia de contagios se ha sextuplicado en la Comunidad Valenciana y ha anunciado el cierre del ocio nocturno a partir de las 00,30 (con lo que prácticamente deja de ser nocturno), de la hostelería a la misma hora de la noche y la limitación de ocupación por mesas en bares y restaurantes a diez comensales en terrazas y seis en interiores. Del mismo modo, reduce aforos en conciertos de 4.000 a 3.000 personas en exteriores y de 3.000 a 2.000 en espacios cerrados.

A esas medidas sumará otras si el TSJ valenciano las autoriza, como el toque de queda selectivo por municipios (falta saber sobre qué base de incidencia) de 1 a 6 de la madrugada. También añade las reuniones en casas de un máximo de diez personas (da igual en interior o en exterior) y mayores sanciones contra quien haga botellón y más vigilancia policial, además de adelantar la hora límite para vender alcohol a las ocho de la tarde. Estas restricciones se prolongarán hasta el 25 de julio.

Los recortes han venido acompañados de anuncios, como el inicio de la vacunación al grupo de edad de 20 a 29 años la primera semana de agosto, o de los menores de dos décadas (sin especificar hasta cuándo baja la franja) desde la primera semana de septiembre. "El 9 de octubre la Comunidad Valenciana estará inmunizada", ha anticipado enarbolando al máximo su perfil institucional.

 

Y una recomendación muy encarecida a la ciudadanía. "La mascarilla no es obligatoria, pero el trellat sí. Desde el sentido común podemos ir con mascarilla, que es seguro de vida", ha sentenciado el mismo día en que la vicepresidenta primera del Gobierno y conmilitona socialista de Puig, Carmen Calvo, se reafirmaba en la decisión estatal de no obligar al uso de mascarillas en exteriores bajo la simplificada argumentación de que "otros países tampoco lo hacen".

Menos mal que, como luego destacó la consellera de Sanitat, Ana Barceló, "muchos valencianos han demostrado su responsabilidad durante estas semanas manteniendo el uso de mascarillas en las calles".

Eso sí, la máxima responsable de la sanidad valenciana apenas logró que sonara convincente el mezclar la cifra de los refuerzos de verano  (7.000) con los apenas 6.000 profesionales por acumulación de trabajo covid renovados después de cesar a 3.000 para anunciar un refuerzo de 13.000 sanitarios. Ese personal va destinado a cubrir turnos de vacaciones realmente, por lo que su presencia, en la práctica, no supone un refuerzo.