| 25 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Emiliano García, con Toni Bernabé a su izquierda
Emiliano García, con Toni Bernabé a su izquierda

Emiliano versus Elisa: las dos caras del PSPV ante el debate de los arcos chinos

Del mensaje de la escucha al de la demagogia para no ir al fondo de la cuestión, se pongan o no los arcos en Valencia

| H.G. Edición Valencia

Emiliano García proviene del sector privado y, en concreto, de un negocio, el de la restauración, que exige empatía con el cliente, capacidad para cuadrar las cuentas y eficacia en el servicio si quieres que prospere. Y el lo logró.

Ahora, como edil de la flamante y novedosa delegación de Internacionalización del Ayuntamiento de Valencia, el fichaje del PSPV de la denominada sociedad civil en la candidatura de 2019 tiene clara la necesidad de "abrir un debate sosegado" y de escuchar "a todas las partes".

Esta ha sido su respuesta ante la moción del PP de rechazar la propuesta de los famosos arcos chinos en el barrio de la Roqueta, en la emblemática calle Pelayo, junto al renombrado trinquete que representa la tradición popular valenciana. Esa moción la ha defendido María José Ferrer San Segundo, también con el pragmatismo que aporta haber tenido que salir adelante en la vida más allá de la política.

En cambio, la concejal de Participación, Elisa Valía, sumida en las batallitas de familias políticas socialistas, ha recurrido a la demagogia más propia de que quien se brega en las discusiones políticas cansinas, insustanciales y superficiales. "Es un proyecto para tratar la esencia de los Presupuestos Participativos", la herramienta municipal "más potente" de "democracia directa", "cuestionando el proyecto, cuestionamos el proceso", son frases que ha soltado en el pleno para rechazar que la propuesta de los arcos chinos salga adelante.

Sin entrar en el fondo, porque aquí de lo que se trata no es de reprobar los presupuestos participativos. Eso simplemente constituye la forma. El fondo, lo que afecta a la ciudadanía, consiste en si van a poner dos arcos chinos para marcar un barrio castizo valenciano en el que únicamente el 8% de la población es china.

Da igual quien proponga una cosa o la contrario, lo que importa es lo que se haga. Con ese resultado se quedarán ya de por vida los vecinos de la zona. Y ante esas consecuencias más vale una reflexión meditada y una escucha atenta, lo mínimo que merece la ciudadanía. A veces un incendio surge de la chispa más insospechada.