"La cabeza" de la Consellera de Sanidad pende de un hilo

Un movimiento interno que ya se está volviendo incontrolable. Eso es al menos lo que se vive en el seno del partido socialista valenciano que desde antes del verano le está pidiendo al Presidente Ximo Puig que renueve de inmediato dos consellerias, la de Educación y la de Sanidad, que tienen la habilidad de convertir en problema todo lo que tocan.

En Educación  de momento no parece factible que Ximo Puig cese a Vicent Marzà, primero porque es un hombre de Compromís y eso le crearía un gran conflicto con Mónica Oltra y después porque Marzà y Puig son íntimos amigos. En el caso de Montón la situación es otra. Ni al Presidente ni a su equipo de confianza se la ve con buenos ojos desde que lo dejó  vendido en las primarias del Psoe.

Pero más allá de sus disputas y juegos de lealtades , lo importante según denuncian facultativos, gestores, pacientes, sindicatos y formaciones profesionales sanitarias  es que el caos es la nota predominante en la sanidad valenciana. Listas de espera, mala gestión de ambulatorios,  que cierran en zonas turísticas cuando más demanda hay por la presencia de turistas y  problemas con las gerencias de los hospitales públicos a los que hay que añadir la falta de de cintura política y de diálogo que la consellera Montón  manifiesta  para negociar con la sanidad concertada , entre otras muchas cosas.

Según algunas quinielas, el Presidente Puig  estaría preparando algún cambio más en su ejecutivo. En la cuerda floja estarían Carmen Montón,  Marzà , la Consellera de Justicia Maria Gabriela Bravo e incluso el Conseller de Economía sostenible Rafael Climent.