| 04 de Mayo de 2024 Director Benjamín López

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25 Aniversario de la Declaración de Valencia
25 Aniversario de la Declaración de Valencia

Valencia debe ser de nuevo foco internacional

La palabra y no la guerra. Para terminar esperanzado y hasta optimista. Esta vez sí, podemos y debemos comprometernos con ello. Cultura de paz.

Es la idea que la filósofa y escritora Rosa María Rodríguez Magda lanzó con motivo del acto solemne de celebración del 25 Aniversario de la Declaración de Valencia: “Responsabilidades y deberes de la Humanidad ”, que como hoy tuvo lugar en la Lonja de la Seda.

La Asociación Valencia/Mediterráneo para la UNESCO, el Ayuntamiento de Valencia, la Generalitat y Unesco, Miembro de la Federación Española de Asociaciones y Clubes para la UNESCO, han invitado al entonces Director General, Federico Mayor Zaragoza a recordar tan importante aniversario.

La entonces alcaldesa, Rita Barberá, hizo de la ciudad de Valencia la sede de una profunda reflexión ciudadana acerca de los Derechos Humanos y de su Declaración Universal -de la que el próximo día 10 se cumplen 75 años- desde el punto de vista de la responsabilidad y los deberes que esos mismos derechos implican.

Arropado por un numeroso público de representantes de la sociedad civil, el que fuera Ministro de Educación y Ciencia con Calvo Sotelo y  Director General de la UNESCO entre 1987 y 1999, hoy infatigable Presidente de la Fundación Cultura de Paz, enhebró un discurso de firme compromiso con la paz, la palabra y el diálogo, frente a los excesos de las guerras, que inició recordando los postulados de María Montessori para “educar para la paz” que, desafortunadamente, siguen cursando más como deseo que como realidad fehaciente.

Naturalmente el asunto nuclear de la igualdad ha resultado una constante en unos tiempos que, sin necesidad de ser citados expresamente, vienen protagonizados por su creciente debilidad. Se felicitó por la composición de la Mesa -además de Rodríguez Magda, le acompañaban la teniente de alcalde y Concejala de Hacienda María José Ferrer San Segundo en representación de María José Catalá, y la Secretaria Autonómica de Igualdad Asunción Quinzá en representación del Molt Honorable Carlos Mazón- en su conocida y permanente reivindicación de las mujeres, mientras  reflexionaba por la prevalencia de la razón de la fuerza sobre la fuerza de la razón condicionando la creatividad humana y su libertad, cuando “Nosotros los pueblos” (así reza el comienzo de la Carta original de Naciones Unidas) casi ochenta años más tarde de declararnos “resueltos a preservar a las generaciones venideras del flagelo de las guerras …” asistimos a tanto disparate y barbarie en materia de paz e igualdad.

¿Y ahora qué? se preguntó al disponerse a analizar, con referencias de excelencia y significativos episodios de su propias vivencias, la errática evolución de la humanidad en materia de respeto de los derechos humanos y de ausencia de responsabilidad en los deberes que conllevan. La palabra y no la guerra. Para terminar esperanzado y hasta optimista. Esta vez sí, podemos y debemos comprometernos con ello. Cultura de paz.

No pasaron desapercibidas a la edil las palabras con las que titulo, quien aprovechó para insistir en la misma idea con la elegancia de quien se sabe en un foro de excelencia y la inteligencia de transmitir entre líneas. Tampoco a la representante de la Generalitat, que dejó abierta la oportunidad de continuar -25 años más tarde- con la actualización de aquella Declaración que trajo a Valencia en 1998 personalidades de la cultura a nivel mundial y dejó la huella de la monumental exposición de esculturas en la Gran Vía Marqués del Turia.

Celebramos tanto el aniversario como el optimismo de Federico Mayor. Y celebramos el regreso a la permanente vocación valenciana de decoro propio y presencia internacional, en defensa de la paz, la igualdad y la concordia. Cultura de paz.