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Europa y la tercera batalla de Narva

En la ciudad estonia de Narva han tenido lugar dos trascendentales batallas distanciadas dos siglos y medio en el tiempo. La tercera fue sólo un simulacro para entrenar a tropas de la OTAN

| Juanjo Crespo * Edición Valencia

El río Narva es la separación natural entre Rusia y los distintos reinos e imperios que sucesivamente han ocupado su flanco noroeste. Esta ubicación -a caballo de varias culturas y lenguas- ha condenado a la ciudad que allí se levantó en el siglo XIII a ser escenario de guerras y batallas a lo largo de su vida.

La ciudad de Narva -ahora en Estonia- fue danesa en su fundación, luego entregada a la orden de los templarios, conquistada por los rusos, reconquistada por los suecos, requeteconquistada por los rusos otra vez y finalmente incorporada a Estonia tras lograr su independencia finalizada la I Guerra Mundial.

Llegó luego la II Guerra Mundial, donde pasó a ser parte del III Reich Alemán, para luego ser conquistada por la URSS y recuperar su independencia –con el resto de Estonia- a principios de los noventa.

Durante este trágico itinerario –sin moverse de Europa pero cambiando de dueño-  fue protagonista de dos batallas que por su importancia han quedado escritas en el ensangrentado libro que recoge su historia.

La primera batalla de Narva fue en 1700. Aquella fortaleza –entonces sueca- estaba rodeada por 80.000 rusos que la asediaban. El rey Carlos XII de Suecia mandó un ejército para liberarla, pero apenas pudo reunir una fuerza de 8.000 soldados, un ejército ¡10 veces menor!

Pero en la guerra, como en la vida, los milagros existen, y el 30 de noviembre de aquel año una ventisca helada sopló con fuerza en dirección a las fuerzas rusas, momento en el cual los suecos ordenaron un ataque casi suicida que finalmente triunfó.

Además de la ventisca, ayudó que muchos de los oficiales del ejército ruso eran extranjeros y no fueron capaces de transmitir con la rapidez necesaria sus órdenes, así que la batalla acabó con más de 20.000 rusos ahogados en el río Narva en un solo día.

La segunda batalla de Narva duró bastante más que la primera. De febrero a agosto de 1944 la 20ª División de Granaderos de las SS resistió, apoyándose en fortificaciones a lo largo del río Narva, varias ofensivas lanzadas por centenares de miles de bolcheviques.

Todas las oleadas del ejército rojo chocaron contra el río y las ametralladoras y cañones nazis, hasta que finalmente la División de las SS recibió la orden de retirarse cuando estaban ya a punto de quedar embolsados en Narva. 

 

El resultado de aquella segunda batalla fue una ciudad devastada y más de 550.000 muertos, la mayoría rusos.

Y llegamos a la tercera batalla de Narva, pero esta vez fue un combate virtual, la guerra de “Matrix”.

A finales de 2012 la OTAN realizó un ejercicio militar para comprobar que su Fuerza de Respuesta Rápida (25.000 efectivos de varios países liderados ese año por Gran Bretaña) era capaz de cumplir todas sus misiones.

Con este motivo, el Joint Warfare Center (JWC, Centro Conjunto para la Guerra de la OTAN) diseñó un escenario ficticio para una guerra virtual: Un país fallido (“Bothnia”) apoyaba a un grupo terrorista que quería desestabilizar el Báltico con varias acciones, destacando un golpe a una importantísima planta energética.

Sí, lo habéis adivinado. Ese grupo armado “atacó” la central eléctrica de Narva.

El resultado de esta batalla no se hizo público, así que no sabemos si ganó la OTAN o si finalmente “Bothnia” provocó el caos en la ciudad de Narva, en Estonia o en todo el Báltico.

¿Y qué tal está Narva en 2018? Pues ahora mismo en la ciudad estonia de Tapa, a poco más de 100 kilómetros al Oeste, hay una concentración importante de fuerzas militares.

Allí tiene su base la 1ª Brigada del Ejército de Estonia. Esa Brigada es prácticamente el 50% de todo su ejército, así que podemos deducir que Narva sigue siendo uno de los puntos calientes de Europa.

Además, desde hace dos años, un batallón de carros de combate “Challenger” británico -con apoyos de otros países OTAN- refuerza en Tapa a la 1ª Brigada de Estonia.

El motivo es obvio: mandar el mensaje a Rusia que la Alianza no permitirá que ocurra en un país OTAN (como Estonia) lo que ocurrió con la anexión rusa de la península de Crimea arrebatada a Ucrania en 2014. No habrá más cambios de fronteras por la fuerza en Europa.

En el año  1.700 más de 20.000 rusos acabaron en el río Narva. En 1944 una División nazi paró a varios ejércitos bolcheviques. En 2012 los británicos “jugaron” a limpiar de terroristas el área de Narva con 25.000 efectivos, y a fecha de hoy, varios batallones estonios y de otros países OTAN calientan motores desde la base de Tapa mientras sus cañones miran al Este, a la frontera misma donde está Narva.

Hay ciudades que tienen difícil escapar a su destino. Dos batallas de verdad y una imaginaria. Que se quede ahí la cosa.   

 

 

*Experto en Seguridad y Geoestrategia.