| 25 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Obras del Ágora del Diseño en la Plaza del Ayuntamiento
Obras del Ágora del Diseño en la Plaza del Ayuntamiento

Las incógnitas del Ágora del Diseño: del precio real al papel de García Reche

El precio del pabellón de la plaza del Ayuntamiento podría ser muy superior al anunciado si tenemos en cuenta mantenimiento, personal, traslado… y sin saber las actividades

La semana pasada -entre Pascua y San Vicente- hemos visto empezar las obras de construcción del Pabellón en el que se materializarán los actos conmemorativos de la Capitalidad Mundial del Diseño, mientras el propio pabellón -exquisitamente diseñado por las infografías que hemos conocido- debe erigirse en icono representativo del evento.

En las mismas fechas se ha convocado la presentación del Observatorio sobre el Impacto del Diseño (OID por sus siglas), organizado por la Asociación de Diseñadores de la Comunidad Valenciana (ADCV) con el apoyo de la Agència Valenciana de la Innovación (AVI), según reza la convocatoria oficial. El Observatorio nace como resultado de cuatro años de investigación de ambos organismos sobre el uso del diseño y su efecto en la innovación, productividad y competitividad del tejido empresarial y en el bienestar de las personas (sic). Hasta aquí todo parece razonable e incluso encomiable.

Sin embargo, las voces críticas dentro del propio sector del diseño industrial son muchas, y parecen extenderse a la opinión pública, aun cuando el objetivo último y más profundo -la visibilidad internacional de Valencia y la puesta en valor del diseño valenciano- sea naturalmente compartido por todos.

Con respecto al Observatorio de presunta nueva creación -¿otro “chiringuito”?- esperaremos al próximo miércoles 27 para conocer los resultados de esos cuatro años de trabajo de investigación conjunta. Por el momento las respectivas páginas web de la Asociación (ADCV) y la Agència (AVI) no ofrecen información alguna al respecto más allá de la propia convocatoria y los nombres de los ponentes (y el del vicepresidente ejecutivo García Reche,  ex senador socialista y ex conseller de Industria de Lerma).

La primera es una Asociación privada y sin ánimo de lucro fundada en 1985 que cuenta con unos 200 profesionales del sector y la segunda una pieza más del sobredimensionado aparato de la Generalitat Valenciana, radicada en la alicantina Rambla de Méndez Núñez, creada en 2018, dependiente de la conselleria de Innovación, Universidades, Ciencia y Sociedad Digital, como una de las “principales apuestas estratégicas del Consell”.

Cuenta con un Consejo de Dirección formado por 18 personas (presidente Ximo Puig, consellera Carolina Pascual, cuatro secretarios autonómicos, dos directores generales , y representantes del CSIC, UJI, Cámara, CEV, UGT y CCOO) y un Comité Estratégico de 20 investigadores de prestigio, todos los Institutos Tecnológicos y una docena escasa de empresas valencianas. Éste ha convocado o anunciado ayudas a distintos sectores por valor de cerca de 70 millones de euros por ahora.

Pese a la importancia de algunos de los nombres propios de académicos y de la compleja y costosa estructura administrativa, a juicio de expertos consultados, los resultados están por ver y dejan grandes lagunas en su trayectoria tras cuatro años de vida.

El presupuesto podría ser muy superior al anunciado

No menos escépticas resultan otras fuentes consultadas con respecto al emblemático pabellón, indistintamente publicitado como de 350 metros cuadrados, o de 30 por 8 metros, que da un resultado distinto. A la vista del avance de presupuesto -480.000 euros- y a la espera de conocer con precisión el proyecto redactado, el segundo parece más probable, aunque una sencilla división arroja la cifra de 2.000 euros por metro cuadrado, a todas luces insuficiente para un espacio que requiere cimentación, cubierta interior y exterior, nueve metros de altura -que equivale a tres plantas de edificación convencional- y algún tipo de servicios y control climático. Sin contar adecuación interior y mobiliario. Todo hace pensar en un presupuesto muy superior al anunciado.

Su implantación, aunque efímera, en un espacio urbano, entorno de Bienes de Interés Cultural y en sí mismo objeto de protección patrimonial, deberá contar también con la correspondiente aprobación de la Dirección General de Patrimonio, que se supone solicitada y concedida. Tampoco se ha hecho pública la programación de actividades, su coste ni el mantenimiento y plantilla de atención del mismo durante los cuatro meses previstos, ni mucho menos el de su desmontaje y traslado posterior a la Marina.

Delicada situación que, pese a su interés conceptual, presenta más incertidumbres que entusiasmo entre profesionales y empresarios relevantes del sector, y ensombrece el éxito de la operación más allá de los puros efectos propagandísticos.