| 27 de Abril de 2024 Director Benjamín López

× Portada España Investigación Opinión Medios Chismógrafo Andalucía Castilla y León Castilla-La Mancha C. Valenciana Economía Deportes Motor Sostenibilidad Estilo esTendencia Salud ESdiario TV Viajar Mundo Suscribirse
Pero Sánchez y Núñez Feijóo se saludan durante una reunión, en el Congreso de los Diputados, a 22 de diciembre de 2023
Pero Sánchez y Núñez Feijóo se saludan durante una reunión, en el Congreso de los Diputados, a 22 de diciembre de 2023

¿Sobran Sumar y Vox…?

El electorado que se cansa de expectativas incumplidas suele regresar al sitio de donde salió, y observa atónito como la quiebra de mayorías hace depender la gobernabilidad de chantajes...

| Josep María Felip Edición Valencia

Atentos a los rumores que recorren los pasillos del poder en Madrid: Yolanda Díaz y Abascal comienzan a ser molestos en ambos bandos del espectro político español; la primera, para Pedro Sánchez, para el PSOE, y el segundo, no solo para Núñez Feijóo, para el PP, que siempre lo fue, sino que ahora ya lo es para la derecha de los negocios y de los “media”; vamos: la que manda. 

De todos es conocido que cada extremo del espectro político, y cada uno con su historia, debe su crecimiento a la deserción del electorado de sus opciones clásicas, PSOE y PP, por el descrédito del bipartidismo que abrió la crisis financiera e inmobiliaria de 2008, entre otras razones. Pero el electorado que se cansa de expectativas incumplidas suele regresar en España al sitio de donde salió, y observa atónito como la quiebra de mayorías hace depender la gobernabilidad de chantajes políticos, como el actual de Puigdemont y Junqueras.

Efectivamente, si no se alcanzan los 176 diputados con la actual LOREG, que ni Zapatero ni Rajoy se atrevieron a reformar, siempre habrá entre 30 y 40 diputados del bloque de seis partidos: BNG-Bildu-ERC-Junts-PNV-CC (y algún que otro que aflore si Sumar se disuelve) que harán falta para conformar una mayoría parlamentaria y formar Gobierno. Y en ese bloque, al PP le es complicado hacer amigos mientras mantenga su amistad con el actual Abascal cuando Pedro Sánchez lo tiene mejor, aunque sea objeto de "extorsión" como ahora con la Ley de Amnistía de los implicados en el “Procés”.

E l cambio de rumbo sugerido a Pedro Sánchez no estaba en sus manos. Yolanda Díaz con sus votos tenía la llave y no estaba por la labor

Vamos por partes para conocer los fundamentos del rumor. A Pedro Sánchez comienza afectarle el soplido en el cogote desde su recién comparecencia en la Cumbre de Davos; ahí se tuvo que oír de la banca, que ya solo quedan tres con peso, y los grandes negocios del Ibex-35, lo que ya había oído de la CEOE: que la política fiscal y presupuestaría embargada por sus acuerdos con Sumar comenzaba a perjudicar a la economía española en el medio plazo. Más del 130% del PIB en deuda exterior en manos de operadores alemanes, saudíes, chinos y fondos de inversión estadounidense constituía un riesgo. El mercado bancario español estaba saturado cuando la banca obtenía los beneficios fuera de España, que no se podía seguir financiando el Estado con el crédito del BCE, y que la baja competitividad de la base empresarial española no soportaba la actual presión fiscal, superior a la europea, ni el actual SMI con la baja productividad comparativa causa del peso del sector servicios. Y se plantaron, pero se encontraron con que el cambio de rumbo sugerido a Pedro Sánchez no estaba en sus manos. Yolanda Díaz con sus votos tenía la llave y no estaba por la labor.

A su vez, quien manda en Bruselas anda mosca y preocupado; no solo con la justificación del gasto de los fondos Next Generation, el gasto público y la deuda sin frenar en unos supuestos presupuestos en el alero, sino con el actual fru-frú de togas en los pasillos de la Administración de Justicia por su descalificación ante su oposición a la Ley de Amnistía, la paralización del CGPJ que el reciente desencuentro entre Bolaños y González Pons no cerró. O la “visita” que Yolanda Diaz quiere hacer como vicepresidenta del Gobierno de España a Palestina que ha puesto en alerta al Ministerio de Exteriores y a más de una cancillería europea, y no digamos a la Secretaria de Estado norteamericana. Y Pedro Sánchez no tiene la llave para cerra esas puertas, las tiene Puigdemont o lo que queda de Podemos con sus votos, y estos van por libre.

A Pedro Sánchez le terminará molestando, y mucho, tanto Yolanda Diaz como Puigdemont. Y a Feijóo y a la derecha de los negocios, que siempre estará con el PP, les molestará, y mucho, Abascal y su “bolchevización ultracatólica”

Los viejos del solar socialista como Felipe González y sus amigos de la socialdemocracia alemana lo tienen claro: o el PSOE se hace a medio plazo con los votos que emigraron a Podemos y después a Sumar, y recompone su hegemonía, o a corto plazo negocia con el PP y con el PNV para recomponer una mayoría parlamentaria que respete el resultado del 23-J cuyo mandato recayó en Feijóo y el PP forme gobierno. De lo contrario, la inestabilidad política está servida al no contar posiblemente con presupuestos en menos de dos meses, y prorrogados de nuevo los de 2022, con la animadversión de Bruselas, el problema del pago de la deuda y el resultado esperado en las elecciones europeas de junio. Y confiar que en Bruselas seguirá influyendo el apoyo a Pedro Sánchez por parte de la administración demócrata norteamericana es una temeridad, que ha condicionado los recientes acuerdos de España con Marruecos, su aliado en África, cuando puede terminar al sustituirle su aliado de siempre, la socialdemocracia alemana, según sean los resultados de las elecciones europeas. 

Pero no digamos lo que se comenta de las malas relaciones de Feijóo con Abascal. No es solo que el “señuelo” de Vox utilizado por Pedro Sánchez le sirve para aislar al PP de cualquier pacto y de excusa para movilizar a los suyos, sino que la actitud hostil de Abascal no le ha gustado a la derecha que manda. La deriva radical y frontal de Abascal contra Feijóo, de Vox contra el PP ”para diferenciarse”, no se hace como lo hicieron los “neoconEspinosa de los Monteros, Macarena Olona, Smith, o  Toscano, por ejemplo, sino que ahora es desde la deriva fundamentalista, “ultracatólica”, de Hoces, Buixadé, Cabana, y Kiko Méndez-Monasterio el antiguo empleado de Julio Ariza en Intereconomia-TV, hoy El Toro-TV, que se han hecho con el control del Comité de Acción Política, el verdadero poder central en Vox del que depende su aparato, centralizado y disciplinado cual milicia; deriva esta que alerta a la misma Conferencia Episcopal, o a la misma CEOE que no es lo que esperaba de Vox y anda escarmentada por lo que ya le pasó con la “operación Roca”, Rosa Díez, Albert Ribera, y ahora solo le faltaba este “giro estratégico” de Abascal.

Además, el "desconocimiento" de Vox de la fórmula de la Ley Electoral en las elecciones del 23-J hizo desoír la petición de Feijóo a Abascal, que Vox se retirara o llamara al voto útil en siete circunscripciones donde por restos no se llevó el PP un escaño al que hubiera tenido derecho, con los que un pacto PP-Vox-UPN habrían sumado 176 escaños para conforma la mayoría. Vamos, que la cabezonería de Abascal y los suyos del actual Comité de Acción Política le dio la presidencia del Gobierno al PSOE. Veremos qué ocurre en Galicia.

Ambos escenarios se comentan en los pasillos del poder madrileño. Tras de ellos está el deseo de reconducir la situación española -así comienza a calificarse en Bruselas-, y que tibiamente florece en columnistas y contertulios a la espera del peligroso enroque de Pedro Sánchez en este periodo de Legislatura que acaba después de las elecciones de este fin de semana en Galicia, las elecciones europeas y vascas y con las catalanas a fin de año si Aragonés las adelanta. Y si en Europa socialdemócratas, liberales y democristianos conforman el Bloque Atlantista que gobierne en Bruselas y en las instituciones de la Unión, lo más probable tal como van los sondeos, a Pedro Sánchez le terminará molestando, y mucho, tanto Yolanda Díaz como Puigdemont. Y a Feijóo y a la derecha de los negocios, que siempre estará con el PP, les molestará, y mucho, Abascal y su “bolchevización ultracatólica”. Veremos que panorama se abre para las Autonomías y Ayuntamientos donde el PP gobierna con Vox. Pero eso para otro día y después de saber el resultado de las elecciones gallegas de este domingo.