| 26 de Abril de 2024 Director Benjamín López

× Portada España Investigación Opinión Medios Chismógrafo Andalucía Castilla y León Castilla-La Mancha C. Valenciana Economía Deportes Motor Sostenibilidad Estilo esTendencia Salud ESdiario TV Viajar Mundo Suscribirse
"Boqui y Johnny, una madre y un hijo que viven felices en Santuario Compasión Animal"
"Boqui y Johnny, una madre y un hijo que viven felices en Santuario Compasión Animal"

El día de todas las madres

Hay un interés creciente por generar en el imaginario colectivo una emotiva imagen de respeto a unos valores que, de por sí, son incompatibles con  esos modelos de negocio

| Raquel Aguilar * Edición Valencia

Un cínico anuncio de una empresa láctea felicita estos días a las madres. Como siempre ocurre con este tipo de publicidad, una bucólica música envuelve palabras que transmiten una serie de valores, en este caso, ensalzando la figura de las madres, para acabar diciendo que están muy orgullosos de todas ellas.

La realidad es que, igual que ocurre con el “greenwashing” (término con que se acuña la publicidad que hacen algunas empresas presentando un producto como respetuoso con el medioambiente cuando en realidad no lo es), con las empresas que hacen caja del sufrimiento de los animales, entre ellas las lácteas, estamos asistiendo a lo que podría llamarse un “conscience washing”.

Hay un interés creciente por generar en el imaginario colectivo una emotiva imagen de respeto a unos valores que, de por sí, son incompatibles con  esos modelos de negocio, con la única finalidad de que consumamos sus productos con la conciencia muy tranquila. Porque, ¿quién debería tener cargo de conciencia al manchar con leche el café si ésta nos la han ofrecido vacas mimadas a las que cepillan mientras sus terneritos están felices en mitad de una pradera, muy cerca de ellas, recibiendo caricias?

 

En el caso de este anuncio, me resulta repugnante que exalten la figura de las madres, cuando su negocio se basa en explotarlas.

 

Unas madres a las que continuamente hacen parir y a las que una y otra vez roban a sus hijos para poder robarles también la leche y a ellos venderlos como carne.

 

Unas madres esclavas, a las que desgastan físicamente y destrozan emocionalmente. Todo ello, de forma reiterada, hasta que sus cuerpos no dan más de sí y son enviadas al matadero, en señal de gratitud por los servicios prestados.

 

En la explotación a que sometemos a los otros animales, las madres suelen ser las más perjudicadas. Precisamente su capacidad de ser madres las condena a serlo una vez tras otra, en un bucle de sufrimiento donde ante tanto dolor no hay un ápice de recompensa.

 

Cerdas inmovilizadas en jaulas parideras en las que no pueden ni ponerse en pie para amamantar a unos hijos a los que, una vez alcanzado el mes de vida, no volverán a ver.

 

Gallinas poniendo huevos constantemente, cuyo cascarón no romperá ningún hijo.

 

Ovejas inseminadas artificialmente, en algunos casos apenas un mes después de haber parido, para después del embarazo y un doloroso parto, arrebatarles a sus hijos y robarles la leche con que debían alimentarles para que nos la bebamos las personas.

 

Peces a las que abren su cuerpo en canal para extraer sus huevos y venderlos como manjar.

 

Perras hacinadas en granjas de minúsculas jaulas, obligadas a parir sin descanso, teniendo que enfrentarse repetidamente a la pérdida continua de sus hijos hasta que sus cuerpos descalcificados colapsan, simplemente, para satisfacer el capricho de quien quiere tener un perro de una raza determinada del que presumir, mientras por otra parte, cientos de miles de perros abandonados son ejecutados en frías y oscuras perreras.

 

Estos son sólo algunos ejemplos de lo que les hacemos a las madres, queramos o no verlo.

 

Así que, en este día especial, me gustaría pedirte a ti que eres madre, o a ti, que has tenido una madre, que pienses también en las otras madres y en sus hijos e hijas. Que no convirtamos su existencia en un infierno. Dejemos de consumir su leche, sus huevos, sus cuerpos, y no convirtamos sus vidas en un negocio.

Ellas te necesitan. Necesitan de tu conciencia. Enfrentándonos a la realidad, aunque duela, y no dejándonos llevar por el “conscience washing”, podremos algún día celebrar el día de todas las madres.

Mientras tanto, feliz día a quienes tenemos la suerte de poder celebrarlo.

 

 

*Coordinadora provincial de PACMA en Valencia