El policía español atrapado en Ucrania ha conseguido salir por su propio pié

José María, agente de la Policía Nacional, explica que ha conseguido viajar en coche desde Odesa (Ucrania) a Moldavia. 

“Vinimos dos y volvemos cuatro”, así empezaba el vídeo publicado a través de las redes sociales del sindicato policial JUPOL en el que José María, el policía nacional al que le sorprendió la invasión rusa en Odesa, narraba la aventura que ha sido conseguir salir de un país en guerra. Tras más de seis horas de viaje y 110 kilómetros, José María y su mujer Sandra, conseguían llegar a la frontera con Moldavia acompañados de una madre y su hijo de seis años.

Un policía nacional atrapado en Odesa en plena guerra entre Rusia y Ucrania

Durante el viaje, que les llevo desde Odesa, sur de Ucrania, hasta Chisináu, capital de Moldavia, el policía señala que atravesaron carreteras en mal estado “bloqueadas y con algún coche reventado por alguna explosión”. Además, añade que durante la travesía se encontraron con controles militares. "Estamos aquí esperando para mañana iniciar el resto del viaje a casa", ha comentado, antes de dar las gracias por el ánimo e interés trasladado durante estos días desde España.

Abandonados por el gobierno

El agente, José María M., como su mujer, Sandra, que es reservista con formación militar en Ucrania, lo que entiende que podría ponerla en peligro, tenían un billete para volar de vuelta a España el 26 de febrero, sábado, pero la madrugada de dos días antes sus planes se truncaron drásticamente por la invasión militar ordenada por Rusia.

José María M., contactó el día 24 de febrero con la Embajada de España en Kiev y fue atendido por un funcionario, que les explicó que no podían ser evacuados del país porque no figuraba como residentes en Ucrania, un país al que llegaron como turistas el pasado 1 de febrero, cuando había "noticias contradictorias" sobre la intervención militar.

Hasta su viaje en un coche prestado para cruzar la frontera de Moldavia, este policía y su pareja se encontraban a refugio con familiares ucranianos en una vivienda en Odesa, una ciudad costera al sur de Ucrania, a unos 500 kilómetros de la capital, Kiev.