| 18 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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La escultura monumental de Gerardo Rueda, "Viste" Madrid. Foto: Ayuntamiento de Madrid
La escultura monumental de Gerardo Rueda, "Viste" Madrid. Foto: Ayuntamiento de Madrid

Quién es quién en el caso IVAM (y III). Expertos y peritos

Los peritos judiciales respondieron a diversos perfiles, aunque llamativo resultó que todos admitieran no ser expertos en la obra del gran Gerardo Rueda.

| Fernando García Bonet Edición Valencia

En el juicio que presidió la magistrada Concepción Ceres en la Audiencia de Valencia, entre el 2 y el 23 del pasado mes de noviembre, con motivo de la adquisición de obra póstuma de Gerardo Rueda por el IVAM, siendo directora Consuelo Císcar, peritos a propuesta de la Instructora (judiciales), de los acusados (de parte) y expertos a propuesta de todos, han tenido especial protagonismo y han ocupado la mayor parte de las sesiones. Resultó menor, aunque no irrelevante a criterio de las defensas, el peso de otros funcionarios del IVAM o de los agentes de la UDEF.

Tan triste como paradójica ha sido la declaración a título póstumo de Tomás Llorens, fallecido en Denia de forma inesperada poco antes del verano y recientemente reconocido por su autoridad en la materia por lo más granado de la Cultura Institucional, Museística y profesional especializada. Fundador y primer director del Instituto Valenciano, al que dio nombre con la adquisición a sus herederas de la mayor colección de esculturas de Julio González -del que ha sido experto más
cualificado- pasó el relevo a Carmen Alborch para ocupar la dirección del Reina Sofía.

 

Amigo personal de Gerardo Rueda y buen conocedor de su obra, dejó pocas dudas durante la instrucción, acerca de la autenticidad y originalidad de la obra póstuma de Rueda. O, mejor, ninguna. El vídeo de aquella declaración, que se visionó en la Sala Tirant a petición de la defensa de Císcar, así como la lectura por parte del ponente Alberto Blasco de su email tras conocer el informe pericial, contienen argumentación suficiente para sostener su criterio. Autor del todavía inacabado Catálogo Razonado sobre Julio González y primera autoridad mundial sobre el escultor -como lo fuera Barbara Rose con respecto a Rueda- jamás restó originalidad a los numerosos bronces
de González. “Todos póstumos” recalcaba a continuación.

Los peritos judiciales respondieron a diversos perfiles. La valenciana Rosario Peiró y Begoña Torres, tras descartarse otras opciones y por insaculación, representaban al Ministerio de Cultura, donde la segunda ha sido subdirectora general de Museos hasta no hace mucho, mientras la primera es jefa de Colecciones del Reina Sofía. Su cometido principal era valorar la obra adquirida mediante tasación acreditada de la misma. Los profesores de arte en la Complutense de Madrid, Jaime
Brihuega y Pérez Segura, tasadores habituales como expertos externos en la valoración de las donaciones al IVAM, tuvieron idéntico cometido. Ya efectuaron en su día, valoraciones de obra de Rueda y otros artistas, escogida como muestra, a petición de la Intervención de la Generalitat. Ninguno de ellos expertos en Rueda, según confesaron. Funcionarios de este cuerpo fueron los peritos centrados en el procedimiento administrativo que emitieron, primero el Informe sobre Procedimiento del Museo entre los años 2009 y 2013, después otro más específico a requerimiento de la Instrucción.

No careció de singularidad la figura del conservador del IVAM Josep Salvador, firmante del acta del comité de adquisiciones, proponente del gasto y conformador de la factura de las obras, luego coordinador de la exposición de Rueda, que compareció como testigo para incorporarse después a la “ronda de peritos”.

Pero el experto estrella (“testigo estrella” le llamó en su alegato final una de las defensas) fue sin duda el ubicuo Joan Llinares, quien pese a la aparente vacuidad de su declaración, deja una huella de raro protagonismo en este juicio.

Pasó Todolí sin pena ni gloria, pero es probable que no pasaran desapercibidas al Tribunal ni a las propias acusaciones, la contundencia y el prestigio de pericias de parte como las de Rodrigo Bergovitz, Inmaculada de la Fuente y Jaime G. Lavagne. O las testificales de expertos actores, gestores y conocedores del mercado del arte contemporáneo, y la del director de la Fundición más importante de Europa que lleva su apellido, el escultor Fernando Capa, hijo del también escultor y amigo personal de Rueda, Eduardo Capa. En ella se ha fundido en vida y postmortem obra original del artista.