| 26 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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El amor no es consentir lo irracional

Si entiendes que si tu pareja tiene muchos celos es que te quiere es un error, después eso mismo que tanto te gusta o que te divierte. Después eso se puede convertir en una obsesión

Todos en alguna ocasión hemos sentido la chispa del amor, y en su momento lo hemos sentido como algo que es prioritario para nuestras vidas, esencial, y su experiencia resulta más que interesante, es algo único, es algo grande.

Esas emociones vividas son potentes y no te dejan ver mucho más allá, pues tu atención se basa en esas sensaciones vertiginosas. Las acciones de nuestros neurotransmisores cerebrales son obvias ante esta emotividad y ello es perceptible por cualquiera que vea el comportamiento de una pareja de enamorados, que parecen que viven en su absoluto único mundo y que el exterior es otro cantar. Es lo normal en la juventud.

Es cierto que el raciocinio (el pensamiento lógico) puede menguar ante esa situación tan fantástica que muchos pueden pensar que es especial, pero cuidado, al principio todo es maravilloso y por esas sensaciones tan positivas que inundan nuestros pensamientos y nuestra atención está entretenida, de modo que puede que no veamos o que no percibamos algunas cuestiones que después tengamos que considerar, pero sin reaccionar demasiado tarde.

Quiero decir con esto que la experiencia de los sentimientos entre personas es algo habitual del ser humano, pero atención a determinados comportamientos que no debes de consentir. El amor romántico sin lugar a dudas es agradable, sobre todo al principio del inicio de una relación, y se mantiene durante un tiempo, pero debemos de tener en cuenta los mitos del amor romántico como la “media naranja” no es real, como si todos tuviéramos que conseguir a alguien que se adapte perfectamente a nosotros.

Lo cierto es que compartiremos algunas cosas y otra no, coincidiremos en algunas opiniones y en otra no, y además, no somos medias naranjas, cada uno de nosotros somos una naranja entera o tal vez un limón. No somos perfectos, cada uno de nosotros con nuestras peculiaridades particulares, tal vez en eso esté la gracia, es ser distintos y en respetarse ambos.

Los celos, pues los celos mal entendidos producen situaciones límite y en ocasiones ante estas emociones tan explosivas la impulsividad puede jugarnos alguna mala pasada y hacernos actuar no adecuadamente, sin pensar en el después, las consecuencias.

Si entiendes que si tu pareja tiene muchos celos es que te quiere es un error, después eso mismo que tanto te gusta o que te divierte (porque parece que se preocupa por ti) se puede convertir en una obsesión con la que no puedes vivir. La agresividad nada arregla, y la precipitación tampoco. Esto lo vemos muy frecuentemente en casos de violencia de género, los celos justificados o no, pueden desencadenar acciones muy dramáticas y violentas.

Preguntas que tienes que hacerte para que todo vaya bien en una relación:

  • ¿Hay un exceso de control en tu relación?
  • ¿Te obliga a que facilites contraseñas del móvil o las redes sociales?
  • ¿Lee tus mensajes privados?
  • ¿Te quita el móvil cuando le da la gana?
  • ¿Se enfada constantemente cuando no consigue lo que quiere?
  • ¿Te insulta, te degrada, te humilla incluso públicamente y después te dice que es porque te quiere y no puede vivir sin ti?
  • ¿Critica a todo tu entorno incluido a tus padres sin tener ningún motivo?
  • ¿Te obliga a que no asistas a clase?
  • ¿Te incita al consumo de porros u otras sustancias adictivas?
  • ¿Te incita a actividades recreativas y te hace huir de las obligaciones?
  • ¿Te invita a realizar acciones de riesgo sin sentido?
  • ¿Aprueba los actos de violencia contra los demás?
  • ¿Te ordena en cuanto a la forma en la que tienes que vestirte?
  • ¿Te sigue a todas partes aunque no quieras?
  • ¿Amenaza a tus amistades o familiares?
  • ¿Te respeta en tus decisiones o en tus afirmaciones?
  • ¿Te ignora delante de los demás?
  • ¿Tu pareja es imprevisible y pasa de la alegría al enfado constantemente?
  • ¿Tu pareja rompe cosas como signo de enfado con frecuencia?
  • ¿Se auto-lesiona para que sientas lástima de él?
  • ¿Te obliga a hacer determinadas cosas que no te apetecen?

Libertad, entendimiento y confianza. No dejes que te acorralen en una habitación sin salida.

Tendrás que pensar que si ocurren todas estas cuestiones son circunstancias que aumentarán con el paso del tiempo, por lo tanto tu situación se complicara de tal manera que estarás en la escalada de la violencia que cita Carmen Ruiz Repullo, en la que explica que todo va sucediendo poco a poco, casi sin que te des cuenta, de tal manera que cuando quieres dejar la relación en la última fase no puedes por otros factores que se desencadenan de carácter grave, por miedo, o por situaciones límite y peligrosas. El amor se convierte al final en un tormento.

Si observas al principio de la relación sentimental acciones arbitrarias, ordenes constantes, malos rollos, agresividad e impulsividad irreflexiva, amenazas, y dramas que no tienen por qué darse en un principio de relación sentimental aléjate rápidamente y por supuesto no te lo calles.

Tenemos que pensar que si hay respeto, escucha activa, raciocinio, preocupación por el otro, y buenos sentimientos las cosas no son forzadas, sino naturales. El amor es comprender cada cuestión que ocurre y saber gestionarlo con calma.  

La relación de pareja si es sana independientemente que la sigas o se termine por cualquier causa, no tiene que tener solo condicionantes negativos. Todos en algún momento decidimos cosas, es respetable entender que sucede y ser consecuente con las circunstancias, después se tomaran las conclusiones que tengan que darse. No es el fin del mundo y se sigue viviendo.

Una relación sana no es una tortura ni una condena.

*Grupo EmeDdona