Qué mejor forma de disfrutar del próximo puente que visitando la ciudad de los puentes. Solo en el puente de mayo, vuelo directo desde Sevilla a Liubliana.
Situado al sudeste de Europa, junto al mar Adriático y frontera con Italia, Austria, Hungría y Croacia, Eslovenia es un país de encanto y folclore, escondido a los pies de los Alpes Julianos.
Es un recóndito lugar, rodeado de montañas y flora exuberante, razón por la que se la llama “el corazón verde de Europa”. Un destino perfecto para desconectar de la rutina, adentrándose en un paraíso lleno de vegetación, ríos, lagos y montañas, que se complementan con la singularidad y tradición de sus localidades y gentes, aunando paisaje y paisanaje.
Su capital, Liubliana (Ljubljana en esloveno), es una ciudad casi desconocida para el turismo español pero que tiene mucho que ofrecer, como su casco antiguo, el castillo medieval, los puentes, las iglesias, museos y parques, etc.
Es una ciudad, con amplias zonas peatonales, recorrida de lado a lado por el río Ljubljanic, y ambas orillas están continuamente conectadas por puentes.
Uno de los itinerarios más atractivos puede ser recorrer los puentes de este a oeste. Veamos los principales que forman una fantástica ruta de unos 2 km para el turista:
La plaza de Prešeren, situada a unos metros del Puente Triple, es considerada el epicentro de la ciudad. En ella podemos ver el Monumento a Prešeren, poeta esloveno, considerado padre de la lengua eslovena y la Iglesia de la Anunciación, de estilo barroco. A la otra orilla del río, se alza la Catedral de San Nicolás, también barroca. A la primera se la reconoce por su cúpula verde y a la segunda por su fachada rojiza.
Vale la pena visitar en el Mercado Central, edificio de influencia renacentista, construido en paralelo al río, entre el Puente Triple y el de los Dragones. Tiene una prolongación de puestos al aire libre, abiertos todos los días, excepto los domingos.
Al Castillo de Liubliana, que se levanta sobre un pequeño macizo en medio de la ciudad, se puede acceder andando o en funicular. Vale la pena subir, no solo para ver el castillo por dentro, sino, sobre todo, por las vistas que desde allí se tienen de la ciudad, desde los miradores del castillo.
Sus museos más destacables son el Museo Nacional de Eslovenia, con exposiciones históricas, el Museo de Arte Moderno, de pintura y escultura eslovenas del siglo XX y la Galería Nacional, que tiene piezas que se remontan al siglo XIII.
Eslovenia ha implantado un Plan Verde Nacional, con el objetivo de asegurar que tanto sus habitantes como sus visitantes, puedan disfrutar de los exuberantes paisajes, sin sobrexplotar sus recursos, por lo que puede incluirse dentro de la categoría de turismo sostenible. Y es que, el país es muy consciente de la importancia de fomentar viajes responsables con el medio ambiente y el crecimiento social.
Con el fin de conocer al menos un pedacito de la naturaleza eslovena, es imperativo acercarse a Bled, una localidad situada a unos 50 km de Ljubljana, a los pies del lago-glaciar de agua cristalina, del mismo nombre. Una de las vistas más increíbles que el viajero puede disfrutar, con su castillo en lo alto de la montaña y la Iglesia de la Asunción, en una isla en medio del lago, en el que se refleja. Si no nos conformamos con verla desde la orilla, podemos llegar a la isla en de las típicas embarcaciones de madera y con coloridos toldos, llamadas Pletnas.
Otro de los plantes recomendables es hacer una excursión a la península de Istria, a orillas del Mar Adriático, a unos 100 km de Liubliana, y visitar pueblecitos como Koper, Piran y Poreč, que sorprenden al visitante con sus monumentos y arquitectura de influencia veneciana.
Los platos típicos de Liubliana, y en general, en Eslovenia son contundentes, basados en carnes y harinas. Encontramos sopas, guisos, pasta rellena, polenta y diferentes panes y dulces. Las sopas más típicas de la capital eslovena son la ričet, una sopa densa de judías, y la obara, a base de carne. De sus guisos destaca el gulash, carne estofada con patatas y guisantes que se sirve en una gran hogaza de pan.
Hay gran cantidad y variedad de restaurantes, cafeterías y heladerías, muchos de ellos con terraza, a ambas orillas del río y por la zona de la Catedral.
Para dormir, una de las opciones más acertadas es alojarse en el centro medieval histórico si se quiere no solo tener cerca todos los monumentos, sino para disfrutar de la multitud de bares y restaurantes típicos eslovenos por la noche.
Por sus instalaciones, vistas, ubicación, arquitectura y/o servicios, destacan el Hotel B&B Ljubljana Park, de tres estrellas; El Hotel Ljubljana, el Hotel Exe Lev, el Urban Boutique Hotel Center y los dos hoteles de la marca Eurostars, el UHotel y el Grand Hotel Union, todos ellos de cuatro estrellas; Y el Grand Hotel Plaza, de cinco estrellas.
Habitualmente, no existe conexión directa desde España, excepto en verano, que alguna aerolínea ofrece vuelo sin escalas. Por eso, muchos optan por volar a Venecia y comenzar la ruta en coche desde allí, aunque es importante saber que no se puede acceder a la parte antigua de la ciudad con él.
Soltour ha apostado por este destino tan desconocido para muchos por su encanto y búsqueda de la sostenibilidad reforzando la oferta habitual existente desde los aeropuertos españoles, con vuelos chárter directos para el próximo puente de mayo. Concretamente, el turoperador pone a disposición del viajero una ruta organizada de 4 noches, con vuelo directo desde Sevilla, entre el 27 de abril y 1 de mayo, en la que se visitan todos los atractivos de la capital eslovena.
Para más información: puente de mayo en Liubliana