| 27 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Barandilla de San Sebastián - Foto realizada por Luisa Díaz-Caneja
Barandilla de San Sebastián - Foto realizada por Luisa Díaz-Caneja

San Sebastián, ciudad de cine

La espectacularidad de sus playas, sus monumentos, su gastronomía y su reducido tamaño convierten a la capital guipuzcoana en uno de los destinos más exclusivos.

| Victoria Peñalver Viajar

Nuestro recorrido comienza en los Relojes de la Concha, que constituyen el centro de la bahía y que han sido protagonistas de tantos cuadros del pintor vasco Ricardo Sanz.

Su paseo marítimo modernista y elegante merece ser recorrido y admirado a ambos lados. La belleza de La Concha, con su tradicional barandilla y su fina arena dorada, hace que cueste dejar de mirar hacia el mar, pero no dejes de disfrutar también de los edificios señoriales, que rodean la bahía y nos transportan a la Belle Époque. Además, sus terrazas, con vistas al mar y a la Isla Santa Clara, se convierten en una oportunidad estupenda para hacer una parada.

Relojes de San Sebastián - Foto de Victoria Peñalver

Comenzamos proponiendo dos recorridos, uno hacia la izquierda de los relojes, hasta llegar al Monte Igueldo y otro hacia la derecha, hasta alcanzar el Monte Urgull, los dos montes que flanquean esta maravillosa bahía. Luego, seguimos con el resto de rincones que no nos podemos perder en San Sebastián.

De los relojes a Igueldo

Comenzando nuestro itinerario en los relojes, hacia el Monte Igueldo, lo primero que nos encontraremos es Bataplán, una terraza y discoteca en la que, generación tras generación, ha disfrutado de la noche. Ahora, su terraza es una de las que mejores vistas tiene de toda la ciudad. Si seguimos, nos encontraremos con el Palacio Miramar, un impresionante palacio del siglo XIX, que mandó construir la reina María Cristina como casa de veraneo y que actualmente se puede visitar para disfrutar de su arquitectura y de las vistas al mar desde sus jardines.

Podemos traspasarlo, por un túnel inferior, que nos lleva a la playa de Ondarreta, donde todavía queda algún toldo y carpa, de rayas blancas y azules, que también pinta habitualmente Ricardo en sus cuadros.

Recorrido en San Sebastián: desde Los Relojes a Igueldo  - Collage de Victoria Peñalver

Desde ahí, justo detrás del Tenis, complejo deportivo de la ciudad, recomendamos subir en funicular al Monte Igueldo, donde podemos disfrutar de un pequeño parque de atracciones y de un increíble mirador a casi 180 metros de altitud, desde donde las vistas quitan el hipo.

Cuando bajemos, antes de volver hacia nuestro punto de partida, seguiremos hacia el final de la bahía. Vale la pena llegar hasta el fondo, donde rompen las olas, para disfrutar del Peine del Viento, tres esculturas de hierro engarzadas en la roca por Eduardo Chillida, homenaje a los vientos que soplan en San Sebastián.

De los relojes a Urgull

Caminando en la otra dirección, lo primero que vemos es el majestuoso Hotel Londres. Continuando, llegaremos al Ayuntamiento y al carrusel de los jardines de Alderdi Eder; y, si seguimos, estaremos en el puerto pesquero, al final del cual, encontraremos el Aquarium, que vale la pena visitar. Ahí, comienza el paseo nuevo, que nos ofrece un agradable recorrido sobre las rocas donde rompen las olas. Pero, cuidado en los días de aguas bravas, porque el agua sobrepasa el paseo y llega incluso a tocar la montaña. Este paseo nos lleva, por el litoral a Gros, la otra parte de San Sebastián, que no podemos perdernos, y a la que podemos llegar por aquí, o atravesando la parte vieja, de la que luego hablamos.

Recorrido en San Sebastián: desde Los Relojes a Urgull - Collage de Victoria Peñalver

Pero antes, si miramos hacia arriba, veremos una majestuosa escultura, en lo alto del Monte Urgull, se trata del Sagrado Corazón, al que se puede subir, andando o en autobús. Una excursión que se premia con unas vistas increíbles de 365 grados, tanto de la bahía de La Concha como de Gros.

Parte vieja de San Sebastián

En el casco antiguo, vestigio de la antigua ciudad amurallada, de calles estrechas, se combina un amplio patrimonio arquitectónico, con un sinfín de bares y restaurantes, diseminados por doquier, en los que la gastronomía está a otro nivel.

Podemos pasear por la Plaza de la Constitución, que antiguamente era testigo de los tradicionales espectáculos taurinos de la ciudad.

Muy recomendable, tanto por dentro como por fuera, la Basílica de Santa María del Coro, de estilo barroco y con fachada churrigueresca. Desde la escalinata de esta iglesia podemos ver a lo lejos, exactamente a 1 kilómetro, enfrentada, la Catedral del Buen Pastor, fuera de la parte vieja, en el centro de San Sebastián. Y, si al salir, miramos hacia la izquierda, siguiendo la calle 31 de agosto unos 200 metros, también podremos ver una de las esquinas de la Iglesia de San Vicente, cuyas piedras salientes llamadas ‘coscas’ dieron el nombre de ‘cosqueros’ a todos los bautizados en esta iglesia. Estas tres iglesias forman un triángulo, cuyo recorrido alberga infinidad de sitios donde tomar pinchos.

Centro de San Sebastián y recorrido por el Urumea

El Boulevard, que comienza en el Ayuntamiento y termina en el río Urumea, separa la parte vieja del centro.

Destaca, la Catedral del Buen Pastor, inspirada en la Catedral alemana de Colonia, y la Plaza de Guipúzcoa, con un parque central, y soportales alrededor. En esta plaza está ubicado el edificio neoclásico de la Diputación Foral, con los bustos de los cinco ilustres marineros guipuzcoanos en su fachada: Blas de Lezo, Elcano, Legazpi, Oquendo y Urdaneta.

En la ribera del Urumea, que recorre la ciudad, pasando por el Centro y desembocando entre la parte vieja y Gros,  encontraremos edificios señoriales como el Hotel María Cristina y el Teatro Victoria Eugenia, donde se celebra la gala del Festival Internacional de Cine de San Sebastián, en el que se entregan las preciadas conchas, cada septiembre.

Recorrido por el Urumea - Collage de Victoria Peñalver

Un fantástico recorrido, de 1,8 kilómetros, consiste en llegar a Amara, admirando los cinco puentes que cruzan el río, comenzando por el más cercano a la desembocadura, el Puente de la Zurriola, coloquialmente denominado Puente del Kursaal, famoso por sus farolas de estilo Art Decó.

El siguiente es el de Santa Catalina, sencillo puente con preciosas farolas, que fuera construido sobre otro anterior de madera. Si continuamos, nos toparemos con el de María Cristina, en el que destacan los cuatro obeliscos ubicados en sus extremos, en los que descansan fantásticas esculturas. Pasados los dos siguientes puentes, llegamos al barrio de Amara, un lugar muy recomendable para alojarse, a un paso de todo y a precios más asequibles que en otras zonas de la ciudad.

Gros, el barrio más cosmopolita

Si nos adentramos en Gros, enseguida notaremos que se trata de un barrio joven y ecléctico, en el que sus edificios señoriales, unidos a los que descansan al otro lado del río y en los que anualmente recorren la alfombra roja los mejores del cine, se combinan con el Kursaal, un gran edificio moderno de cristal, de forma geométrica, que sirve de palacio de congresos y auditorio, donde, entre otros eventos, se presentan parte de las películas del festival de cine. Este auditorio es también la sede principal del Festival Internacional de Jazz, que se celebra cada año en julio.

Este barrio, otra gran zona para salir de pinchos, linda con el mar cantábrico con la Playa de la Zurriola, salvaje por sus olas, lo que la hace la más apreciada por los surfistas, no solo locales, sino también internacionales, atraídos por sus olas.

Excursiones por la ciudad y alrededores

Una gran opción para conocer la ciudad es hacerlo de la mano de guías expertos. Civitatis ofrece varias excursiones y visitas por la ciudad, tanto gratuitas como de pago, para conocer las zonas y monumentos más emblemáticos. Muchas de ellas se hacen andando, pero también es posible elegir recorrer la ciudad en bicicleta, en el tren turístico o en el autobús, del que podremos subir y bajar cuando queramos. Incluso nos llevan en barco a la isla de Santa Clara, si lo deseamos. Hay, por ejemplo, un tour de literatura y cine muy interesante o una excursión gratuita a la zona alta del Monte Urgull, que merece la pena.

Pero, también nos ofrece excursiones a Zumaia, Zarauz, Guetaria, Fuenterrabía, Pasajes (San Juan y San Pedro), etc., e incluso llegar a algunos de los pueblos franceses más cercanos como Biarritz y Bayona.

Dónde comer

Si por algo se caracteriza San Sebastián es por sus pinchos, y son cientos los bares en los que puedes tomarlos. Cada persona que preguntes te dirá cuáles son sus preferidos, incluso qué pinchos debes pedir en ellos. Lo habitual es hacer un recorrido por cuatro o cinco y en cada uno pedir un zurito (caña) o un vino y un pincho.

Civitatis ofrece varios tours gastronómicos. El más demandado es el de pinchos por la parte vieja, de dos horas y media de duración, para un mínimo de 4 personas, muy recomendable para conocer los mejores bares de esta ciudad. Pero hay otros como la visita a una sidrería, en el que aprenderás a catar y diferenciar la sidra ácida, dulce y amarga, la visita al lagar de Igartubeiti, un taller de gildas, una clase de cocina vasca, etc.

Además de pinchos, San Sebastián cuenta con restaurantes y tabernas en los que la cocina está a otro nivel. Esta ciudad es una de las grandes mecas gastronómicas. En esta ocasión destacamos tres restaurantes en los que comer o cenar, con amigos o en familia, todos en zona emblemáticas de San Sebastián.

En el corazón de la Parte Vieja, Bodegón Alejandro es un restaurante acogedor, con mesas de madera típicas, en el que descansar del bullicio de la zona. No es de los habitualmente frecuentados por extranjeros, lo que supone un aliciente para muchos. Ofrece cocina tradicional centrándose en el producto local de temporada, consiguiendo sabores clásicos de la gastronomía vasca.

Muy cerca, tenemos la taberna de Jose Mari, del chef Josean Merino, exponente de la cocina de pinchos y propietario de la cadena de restaurantes PerretxiCo en Vitoria, Madrid, Logroño y Santander. En su local de la parte viaje de Sebastián, su oferta gastronómica es muy amplía, destacando su tradicional barra de pinchos, en la que no falta su Tarta de foie de membrillo, idiazabal, mahonesa lima y remolacha, su Txangurro donostiarra al gratén o su Bollito de cerdo asado con salsa perrens. Y, una vez al mes organiza las Jornadas Jandajan, para degustar exclusivas creaciones en edición limitada maridadas con vinos cuidadosamente seleccionados.

En el propio Kursaal, podemos disfrutar de Muka, un restaurante cuya zona de brasa es la gran protagonista. Se puede comer o cenar en barra o en mesa, dentro o en su terraza, con vistas a la desembocadura del Urumea.

Si te apetecen sabores diferentes, puedes ir a TOPA Sukaldería, en el barrio de Gros, que ofrece cocina fusión mexicana-vasca. Es el punto en el que ambas gastronomías se encuentran para compartir productos, sabores y recetas, en emplatados originales y con un servicio excepcional.

Dónde dormir

La oferta hotelera en San Sebastián es amplia, pero a unos precios, en muchas ocasiones desorbitados. Después de mucho investigar, podemos decir que la mejor alternativa calidad-precio es el Hotel Casual de las Olas San Sebastián, en el barrio de Amara. Cerca del quinto puente de nuestro recorrido por el Urumea, a solo 15 minutos a pie de la Catedral o a 20 de La Concha. A pesar de estar catalogado como de dos estrellas, podría clasificarse como de tres, por sus habitaciones, instalaciones, amenities de marca y servicio excepcional. Confortable a un precio razonable que, en San Sebastián, es importante.

San Sebastián está de moda, es una ciudad de cine y no solo durante la semana del Festival.

Más fotos en la cuenta de Instagram de Luisa: blackeyesthatlookattheligth