| 01 de Mayo de 2024 Director Benjamín López

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Cordón sanitario

El PP no logra que se apruebe la elección de alcalde de la lista más votada, pero deja un mensaje clave en la mesa: habrá cordón sanitario del resto para frenar eventuales pactos con Cs.

| Antonio Martín Beaumont España

 

 

Ha arrancado la cuenta atrás para un calendario lleno de compromisos con las urnas y el PP vuelve a poner la vista en que gobierne en los Ayuntamientos la lista más votada. Esta vez ha impulsado una Proposición de Ley aun a sabiendas de que sería rechazada en el Congreso por los diputados del “No al PP”. Pero el tema conecta con millones de españoles que cada cuatro años ven traicionado el sentido de su voto por “pactos entre perdedores” que no ganan elecciones pero sí consiguen el poder.

En las actuales circunstancias, el peligro para los populares pasa de nuevo por el pacto entre PSOE, Podemos y sus socios ocasionales. Aunque también por Ciudadanos, presto a actuar, según sus conveniencias en uno u otro lugar, como “marca comodín”.

Estos cuatro años se han vivido espectáculos absurdos por obviarse la voluntad mayoritaria de los electores

Ya en 2015 un conglomerado de alianzas, sobre todo de izquierdas, quitaron al PP buena parte de su poder municipal, empezando por la alcaldía de Madrid y siguiendo por la de Valencia (ambas, joyas de la corona en sus manos durante más de dos décadas) y una docena de capitales de provincia, entre numerosos otros consistorios perdidos.

Legítimamente, Pablo Casado trata de movilizar a sus electores y de agitar el voto útil. Máxime estando tan reciente cómo el PSOE le arrebató el Gobierno al PP uniéndose a Podemos, independentistas e incluso Bildu. También tiene presentes los dimes y diretes en la capital de España, cuya alcaldesa, Manuela Carmena, ha acabado harta de su conglomerado de siglas.

Casado y Rivera

Con razón Casado tiende la mano a Albert Rivera para combatir juntos que las victorias se conviertan en derrotas en las mesas de negociación. Porque la realidad, extensible a casi todo el país, pasa por la unión del centro-derecha. Sin demasiados cálculos partidistas a la carta.

 

Ya se sabe que los horizontes pre-electorales están lejos de ser el mejor momento para hablar de ententes. Pero sí para meditarlos. A poco que los sondeos acierten, el mapa que saldrá del 26-M obligará a PP y Cs combatir esas alianzas heterogéneas que reeditan el funesto “Pacto del Tinell”.

Estos cuatro años se han vivido espectáculos absurdos por obviarse la voluntad mayoritaria de los electores, una voluntad que debería quedar a resguardo de “pactos de despacho” sin transparencia. Porque, en la mayor parte de las ocasiones, los “cordones sanitarios” sólo sirven para enmascarar acuerdos inconfesables.