Puig y Armengol, aliados ante "el centralismo no inteligente"

La presidenta de Baleares, Francina Armengol, y al presidente de la Comunidad Valenciana, Ximo Puig, han aportado su visión sobre la situación política española convulsa desde diferentes frentes. La Cadena SER ha reunido hoy, en un formato de tertulia/entrevista, a ambos bajo la batuta de su director territorial, Bernardo Guzmán. En principio el objeto de debate era el corredor mediterráneo. Luego la conversación derivó a otros asuntos. 

La presidenta balear abrió el melón de las críticas al centralismo. "España siempre ha mantenido el concepto de toma de decisiones desde el centro a la periferia y eso no ha tenido en cuenta la pluralidad. Es un grave error. Si lo trasladamos a un territorio insular, afecta más. Solamente puedes desplazarte a la península en barco o en avión, y esta circunstancia encarece el coste de la vida", señaló Armengol, que azuzó más al considerar "no adecuado ese planteamiento centralista para el desarrollo de España".

Sobre la misma cuestión, Ximo Puig incidió al afirmar que "las decisiones que se toman tienen consecuencias y el conjunto del país se ve afectado. El centralismo no es inteligente. Si tuviéramos las infraestructuras que merecemos, el conjunto del país iría mejor. Estamos 11 puntos por debajo de la media nacional en renta per cápita a pesar de crecer en los últimos años por encima de la media nacional. De eso en Madrid algunos no se enteran".

Cuando Bernardo Guzmán les recordó que su partido, el PSOE, gobierna a escala nacional, la reivindicación pasó a otro tono. "Llevamos seis meses con este gobierno y en la actual legislatura hemos convivido con tres gobiernos diferentes", matizó Armengol, para retomar el tema de la infrafinanciación al declarar que "hay que romper el statu quo. Es injusto que haya comunidades como las nuestras, infrafinanciadas y en una situación complicada".

En esa misma línea de relativizar la responsabilidad de su partido y hablar sin aludir a personas concretas ahondó el presidente de la Comunidad Valenciana cuando apuntó que "algunos expertos y algunas autonomías tienen poca prisa en cambiar el modelo de financiación. En el parlamento hay gente que grita mucho y después hace poco. No podemos funcionar así. En España no se ha generado el suficiente caldo de cultivo para gobernar desde la diversidad. La realidad  política española hace muy difícil que las cosas  obvias puedan discutirse".

El debate, organizado por la  cadena Ser,  fue flotando hacia otras boyas, como Cataluña o las elecciones en Andalucía. "El espacio confort consiste en predicar para las tuyos y no hacer ningún tipo de concesión a los demás. Eso es la antipolítica", lanzó Puig en un momento dado a modo de dardo que no quedó claro a quién iba dirigido, si a extraño o a propios. No tuvo apuro, respeto a estos últimos, a los propios, en afirmar que "en España somos muy ciclotímicos. Y en nuestro partido ya ni te cuento", para responder -entre sonrisas del público- a los bandazos en sondeos preelectorales.

Eso sí, al hablar de Cataluña Puig se armó con más contundencia que una Francina Armengol que se fue diluyendo en un día grisáceo. "Las declaraciones de Torra son improcedentes e impresentables. Ni una broma a este respecto. Un responsable político ha de fomentar la convivencia", aseveró.

El moderador del acto, Bernardo Guzmán, no desaprovechó la ocasión para preguntar al presidente de la Generalitat por un tema en el que lleva medio año nadando en la ambigüedad: el de las posibles elecciones electorales. Y su respuesta siguió generando cierto halo de duda, atenuada, eso sí. "Nos gustaría más pronto que tarde la singularidad electoral de la Comunidad Valenciana", repitió una vez más. Insistido por el periodista sobre si ese más pronto que tarde sería en esta legislatura, Puig contestó que "en esta prima la estabilidad". No hubo un ´si´o un ´no´.