La sospecha de tres muertes y una desaparición en su zona de actuación hacen pensar que Jorge Ignacio Palma pueda ser un homicida múltiple con la droga y el sexo como elemento común
Jorge Ignacio Palma ha confesado el descuartizamiento de Marta Calvo tras, según su versión, la muerte accidental por sobredosis después una noche de sexo y drogas. Esta versión, poco creíble para los investigadores del caso, sacó a la luz otra muerte similar; la de la prostituta brasileña que falleció en abril en Russafa después de estar con él. Se halló cocaína en su vagina.
En este caso, el sospechoso fue grabado por una cámara pero no fue detenido, porque la víctima no se quedó sola y la autopsia dictaminó muerte por epilepsia, por lo tanto no existe homicidio ni falta de asistencia. Con este modus operandi la policía enlaza otro caso idéntico, en Valencia en el que otra prostituta colombiana aparece muerta con restos de cocaina de gran pureza en su vagina, se investiga si el sospechoso fue su último cliente. Si unimos los tres casos estaríamos hablando ya de asesinatos en serie.
Pero además sobrevuela la desaparición de Wafa, una joven de 19 años, en Carcaixent, población donde se entregó Palma, días después de Marta Calvo, que no fue voluntaria como apuntaban las primeras pesquisas . Se está revisando y trabajando en el caso, si bien fuentes de la investigación descartaron ayer por la tarde que hubiera conexiones entre la desaparición de esa joven con Jorge Ignacio Palma y Marta Calvo.
A partir de estos hechos, las fuerzas de seguridad están investigando “si esta forma de actuar tiene similitud con casos acaecidos en otras circunscripciones” fuera de Valencia y en otras “comunidades autónomas”, según afirmó ayer el delegado de Gobierno de la Comunidad Valenciana, Juan Carlos Fulgencio.