Alsina abochorna a Iglesias y Colau y destroza la imagen de gallito de Junqueras

Día de resaca de la Fiesta Nacional y sin noticias de la respuesta que ha de dar Carles Puigdemont al requerimiento que le ha hecho el Gobierno. 

Pero a Carlos Alsina lo que le ha llamado la atención en su monólogo de Onda Cero es la actitud de "los aliados del independentismo en el Congreso de los Diputados y en el Ayuntamiento de Barcelona, Iglesias y Colau, no se cansan de agradecerle a Puigdemont la generosidad encomiable, la grandeza inconmensurable, que acreditó (según ellos) al no declarar la independencia aun declarándola embarrando de confusión el tablero y, sobre todo, sus beatíficas cabezas, a Puigdemont empiezan a apretarle los fervorosos partidarios de mandar el autogobierno catalán definitivamente a tomar viento". 

Según Alsina, "le empujan para que dé el paso y pise el acelerador a lo Thelma y Louise en el Gran Cañón. Bien poco ha durado la pamema ésta de la independencia a plazos, la búsqueda de mediadores y la impostura del diálogo". 

Así mismo, el locutor de Más de Uno recopila los "tres empujones en las últimas veinticuatro hora". Por un lado, "el hermano de Maragall, Ernest, que en otro tiempo fue socialista y desde hace ya mucho, independentista y de Esquerra. Sostiene el pensador que el mensaje que ha emitido Madrid es “rendición o represión” —mi reino por un eslogan— y que en vista de ello hay que aplicar ya la Declaración Unilateral de la Independencia. Asumir el riesgo de la libertad, lo llama. La libertad que puede perder Puigdemont, se entiende, porque Maragall no corre riesgo alguno de que le pase nada. Desde el palco resulta fácil gritarle al matador que se arrime. Si lo empitonan, ya saldrá otro".

En segundo lugar, señala el periodista, "Oriol Junqueras, vicepresidente económico y espantador jefe de empresas en Cataluña (cada vez que abre el pico se le va otra decena), que se suma a la tesis de su colega Maragall. De donde se deduce que Junqueras está dispuesto a declarar él mismo la independencia. Oye, si Puigdemont se raja, que se ofrezca él a subirse al balcón y que sea lo que Dios quiera. Que se ofrezca a recibir él el requerimiento del gobierno para la aplicación del 155. Muy valiente en Twitter y muy callado en las reuniones del puente de mando independentista, Junqueras". 

En tercer lugar, habla de "la asociación de movilización callejera que se hace llamar pretenciosamente Asamblea Nacional Catalana y que lidera un ciudadano de nombre Jordi Sánchez investigado por sedición en la Audiencia Nacional. Ayer reunió la Asociación a su secretariado de inspiración soviética para emitir un comunicado que viene a decir, señora, que “como España ha dicho que no quiere ningún diálogo, no tiene sentido mantener suspendida la Declaración de Independencia e instamos por ello al Parlament a levantar la suspensión y al gobierno a implementar la ley fundacional de la República Catalana". 

Alsina ironiza con que el comunicado tiene mucho mérito porque "no es fácil amontonar más mentiras en menos líneas": "Es mentira que España haya dicho que no quiere ningún diálogo"; "Es mentira que el Parlament haya suspendido la declaración de independencia"; "Es mentira que se pueda implementar la ley fundacional de la República Catalana porque las leyes inconstitucionales no entran en vigor en ningún caso"...

Y todo, siempre, teniendo en cuenta que "en el libro de instrucciones independentista los actos de ruptura son siempre una reacción a lo que hacen otros: declaremos la Independencia porque Madrid no quiere diálogo, esa milonga. La culpa siempre la tiene el prójimo que no les deja a ellos otra salida. Independentismo reactivo o cómo llegar al balcón a rastras".