Ruz activa la ilusión en Elche tras apartar a Mercedes Alonso

La ex alcaldesa Mercedes Alonso no ha tenido más remedio que dar un paso atrás para dejar  paso a su “delfín” Pablo Ruz. El nuevo secretario general del PP está intentando hacerse con el partido sin hacer ruido; no quiere disputas ahora que los militantes le han dado casi el doble de votos en las primarias de julio que a su contrincante, “amiga” y “compañera”.

Para qué seguir desgastando una organización que no levanta cabeza desde que se perdieron las elecciones, o mejor dicho, la Alcaldía. Más de dos años de tensiones y desencuentros que han dividido al grupo municipal, incapaz de hacer una oposición más contundente y directa contra un tripartito en minoría y en manos de Ciudadanos, partido que sustenta al gobierno municipal desde fuera, claro está, a cambio de sus “imposiciones”.

La primera decisión de Ruz ha sido la lógica, hacerse con la portavocía y cambiar el organigrama de las dedicaciones exclusivas del grupo municipal. Los perjudicados: Vicente Granero, Erica Sánchez y Faustino Delgado, que han preferido ser leales a Mercedes Alonso hasta el final.  Eso sí, Ruz, que busca ante todo la unidad del partido, ha intentado que Granero fuera portavoz adjunto, sin conseguirlo. Por tal motivo ha “tirado” de Pujalte, un hombre de su mayor confianza y que le ha aleccionado en todo este largo período para hacerse con las riendas del Partido Popular de Elche.

El nuevo secretario general del PP ilicitano tenía claro que había que dar un giro radical tras la derrota electoral de 2015

El nuevo secretario general del PP ilicitano tenía claro que había que dar un giro radical tras la derrota electoral de 2015.  Y Mercedes alonso tendrá que asumirlo. Era la consecuencia lógica cuando se ganan unas elecciones municipales y no se consigue la Alcaldía a pesar de que las fuerzas que te la pueden dar (de centro derecha similares a la tuya) constituyen la mayoría absoluta. Si cuando asoma la derrota los que creías  más fieles te van dando la espalda. Si después de un paréntesis de un año no existe una autocrítica general en el partido y no se logra una unidad de acción. Si cuando se tuvo que hacer…. Pasa lo que pasa. En la victoria ganan todos, en la derrota, pierdes tú; la política es implacable.

Más de dos años en los que Pablo Ruz se puso manos a la obra porque tenía claro que había que dar un giro al partido tras la derrota de 2015. Y empezó su campaña de “captación” de adeptos. Poco a poco “convenció” a ediles y militantes de que la agrupación necesitaba una metamorfosis. La solución, según el nuevo secretario, era crear y encabezar un nuevo equipo de trabajo. Su triunfo en las primarias este pasado julio fue incuestionable.

El líder del PP local también ofreció a Mercedes Alonso el puesto que quisiera dentro del organigrama local, en un intento de limar asperezas, pero la ex alcaldesa ha declinado ese ofrecimiento porque quizá debe pensar que no está para “migajas”. Además, pese a su derrota, Alonso es diputada provincial y tiene un gran bagaje y contactos en el partido.

A la ex alcaldesa le ha condenado, aparte de las “deserciones” de algunos de sus concejales de confianza, no poder promover una moción de censura contra un tripartito en minoría, puesto que el centro derecha es mayoritario en el Ayuntamiento. Las posiciones con Ilicitanos por Elche se acercaron bastante pero ni Ciudadanos, con David Caballero a la cabecera, ni el Partido de Elche, con Jesús Pareja, han permitido esta posibilidad. Aunque está claro que ha sido Ciudadanos quien ha bloqueado en todo momento esta operación.

Ahora toca coser las heridas y que pase el tiempo para que las aguas vuelvan a su cauce. Ruz está convencido que logrará la armonía, ya se verá. Habrá que ver cómo empieza a funcionar el grupo municipal de cara a la recta final del mandato con el nuevo portavoz..

Lo que ha pasado en el PP de Elche entra dentro de la lógica política. El poder une aunque no soportes a tus compañeros de bancada. Pasa igual en otros grupos políticos; no es nada extraordinario de los populares. Pero en la oposición hace mucho frío y hay menos pastel que repartir. Los cambios hay veces que son inevitables y aún faltan casi dos años para comprobar si ha sido para bien o para mal. Nadie puede adivinar lo que va a pasar mañana, aunque si lo planificas y tabajas en un objetivo, igual lo consigues.