| 26 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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La frustración en la Navidad y la violencia familiar

El detonante es la acumulación de rencor por desavenencias constantes durante el año, y obviamente el consumo de bebidas o drogas tóxicas son potenciadores de la agresividad.

| Enrique Arrúe Edición Valencia

NI UNA + El periodo de fiestas de las Navidades, como seres de costumbres sociales que somos, nos recuerda a los seres queridos, a la familia, a las personas que ya no vemos, a los que queremos ver, incluso a esos amigos que siempre llevamos en nuestros corazones allá donde se encuentren. El pensamiento entra en una fase de recuerdos nostálgicos, de pensamientos de vivencias agradables y detalles, que en su momento fueron insignificantes, pero que ahora poseen un gran valor para todos nosotros.

Las fiestas navideñas también son un quebradero de cabeza para aquellas personas que no llegan a fin de mes, que tienen problemas para pagar sus deudas, que sufren muchísimo cuando ven que llega Papa Noel o los Reyes magos y no pueden gastarse el poco dinero que tienen para regalos a sus niños, o pequeños. Es muy triste pensar que a pesar de que la Navidad es tan bonita, con sus luces de colores, con constantes reclamos de regalos, incluso de sentimientos por los demás, es para algunas personas un recuerdo de lo mal que se encuentran, de la falta de cariño, de ternura, de preocupación, o de apego. Sufren…, por lo tanto tienen un cierto rencor por la navidad, porque la vida y sus circunstancias son negativas, pero todo lo que te rodea es en cierta forma un modo de hipocresía de felicidad que se observa en todas partes. Si acompaña la enfermedad y las adicciones, los problemas se multiplican. Puede aparecer la ira por la frustración, y para las víctimas la “depresión”.

Los policías en general, sean del cuerpo que sean, conocen sobradamente la “violencia en el ámbito familiar, o de género” cuando ésta se produce de forma súbita, en Nochebuena, en Navidad, en Nochevieja o en año nuevo, o durante el periodo de fiestas. El detonante es -la acumulación de rencor- por desavenencias constantes durante el año, y obviamente el consumo de bebidas alcohólicas o drogas tóxicas son potenciadores de la impulsividad y la agresividad manifiesta, sobre todo en aquellas personas de naturaleza violenta o aquellas que “ya no pueden soportar más una situación complicada o traumática". Es posible que para esas personas sea –una excusa- beber abusivamente o drogarse, para después generar esa agresividad, o tal vez “defenderse” para explotar en una cena en la que se reúne la familia supuestamente para demostrarse amor, cariño, amistad, comprensión, ternura y cierta felicidad.

Esas fantásticas cenas se pueden enturbiar cuando las personas “se cantan las cuatro verdades” a la cara, y cuando se actúa sin el debido entendimiento, empatía o reflexión, debido a que las relaciones personales ya llevan mucho tiempo rotas, y la excusa es reunirse por “tradición”. Ojalá todo fuera una utopía, y este año 2017 no vayan los compañeros policías a estas casas a intervenir con aquellos individuos que buscan la violencia como forma de venganza o de dejar un mal recuerdo de por vida a todos sus supuestos seres queridos. Gracias a todos estos uniformados que velan por la paz, seguridad, y tranquilidad de todos nosotros en estas fechas tan significativas.