| 26 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Montoro y Puig en la última reunión.
Montoro y Puig en la última reunión.

Puig teme que Compromís dinamite un acuerdo PSOE-PP sobre financiación

El eje de la estrategia política de Ximo Puig se basa en la apuesta por un nuevo modelo de financiación. La decisión que adopte su socio Compromís será vital para el jefe del Consell.

| Álvaro Errazu Edición Valencia

El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, ha conseguido con perseverancia que el "problema valenciano", la infrafinanciación y la falta de inversiones, centre el debate político y logre la unanimidad también en la sociedad. Los estudios sitúan a la Comunidad Valenciana como la peor financiada de España por lo que es urgente encontrar una solución en el nuevo modelo del reparto económico. 

Acuerdo total en el punto de partida. Escrito el prólogo con éxito, cabe ahora lo más complejo: concretar un texto al gusto de todos. Las recientes entrevistas del jefe del Consell con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, se han cerrado con principio de acuerdo, incluido un asunto complejo como es el reconocimiento de la deuda histórica.

Pero, los últimos antecedentes en la política autonómica y nacional pueden trastocar los planes e incluso afectar al Gobierno del Botànic. Los primeros temores del presidente Puig se están cumpliendo. La reforma del modelo de financiación no estará prevista para finales de este año como él pretendía. El conflicto catalán, con la convocatoria de elecciones el día 21 de diciembre, ha modificado el optimista calendario. La insistencia de Rajoy de que es necesario un acuerdo PSOE-PP para el acuerdo de financiación, al margen de una obviedad, es un mensaje de fondo. La voluntad es que otras formaciones, principalmente Ciudadanos, se sume al pacto del reparto económico entre comunidades. Qué ocurrirá con Compromís, el socio del PSPV en el Consell. A día de hoy parece muy difícil que la formación nacionalista firme un acuerdo con el PP. Eso va contra su ADN. Se da por seguro que Podemos dirá no al acuerdo de las formaciones constitucionalistas.

En la aprobación del 155 en el Senado se visualizó la negativa de Compromís a apoyar al Gobierno del PP mientras los socialista hacían frente común contra la declaración unilateral de independencia de la pingüe mayoría del Parlamento Catalán. El propio Puig ha trasladado en privado que teme, ante un eventual acuerdo sobre el modelo de financiación autonómica, que Compromís no lo firme al considerarlo insuficiente. Este desacuerdo no tendría porqué afectar a la estabilidad del Gobierno, pero indudablemente dañaría el consenso que Puig está haciendo gala con el "monotema" valenciano. Además, el desmarque serviría como estrategia electoral de la formación de Mónica Oltra. De esta forma, se trasladaría el mensaje de que el PSPV se ha "vendido" al PP.

Otro escenario posible es que el PSPV se abstenga ante un acuerdo PP-PSOE sobre financiación. Una decisión, no obstante, que no facilitaría las ya complicadas relaciones de Puig con su jefe de filas Pedro Sánchez. En el conflicto interno por la presidencia provincial de Valencia del PSPV se llegó a argumentar que Puig evitó que hubiera batalla entre otros motivos porque no quería "molestar" a Sánchez cuando su papel es primordial en la futura y urgente financiación para la Comunidad Valenciana.

Manifestación de la discordia

La manifestación sobre financiación promovida desde el Consell, para el próximo día 18, empieza a agrietarse algo más. El PP valenciano y Ciudadanos habían anunciado su oposición. Ambas formaciones alegan que es más efectivo trabajar en los despachos que no ir detrás de una pancarta, máxime cuando la primera reunión formal arrancó la semana pasada. Sin unanimidad política, la empresarial ha saltado por los aires. La Confederación Empresarial Valenciana acordó finalmente acudir. Sin embargo, la patronal Coepa de Alicante y, al parecer también, la de Castellón, se han desmarcado. La presidenta del PPCV, Isabel Bonig, diseña un plan para salir airosa ante una protesta que, se quiera o no, está dirigida contra Mariano Rajoy. Y ello, pese a que el vigente modelo de financiación fue aprobado en la etapa de Gobierno socialista. Las paradojas del destino.