| 27 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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La ‘pareja de moda del PP’ 15 años después

Mayo de 2007 hizo saltar a la fama a Agustí y Catalá, esta última con sólo 26 años y con una trayectoria política que iba a ir como un rayo.

El 27 de mayo de 2007 el PP arrasaba con una gran mayoría absoluta en las elecciones autonómicas y municipales, pero la noticia sorpresa no fue esa, porque ya era vaticinada en las encuestas y por la entonces todo poderosa maquinaria del PPCV, sino la caída del ‘cinturón rojo’ protagonizada por dos jóvenes entonces desconocidos: Lorenzo Agustí y María José Catalá.  

En una noche, aquello que en 30 años de democracia había sido imposible se volvió real y el ‘cinturón rojo’ de Valencia pasó a ser naranja (el PP usó el color naranja en esas elecciones), así que no es de extrañar que la foto del día después de las elecciones fuera la de los nuevos alcaldes que llevaban al bando del PP las dos principales alcaldías socialistas de l’Horta: Catalá y Agustí, bautizados como ‘la pareja de moda del PP’ en una portada de Las Provincias para la historia. 

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13 años han pasado desde aquella portada y la vida ha dado muchas vueltas. Lorenzo Agustí ya no está en política, aunque de vez en cuando haga alguna incursión como recientemente la de apoyar al candidato fallido que quería presentarse contra Catalá. Y María José Catalá inicia el camino para pelear por otra alcaldía, la de la ciudad de Valencia, ungida como nueva lideresa de la ciudad.

Mayo de 2007 hizo saltar a la fama a Agustí y Catalá, esta última con sólo 26 años y con una trayectoria política que iba a ir como un rayo. Se convirtieron en símbolos del cambio y serían un ejemplo para que 4 años después el cinturón rojo se acabara tiñendo completamente de azul. 

La llegada de María José Catalá a la alta política valenciana en mayo de 2007 puede que ni se lo esperara ella. El PSOE era una apisonadora en Torrent, y el PP había visto una y otra vez como sus intentos de ganar la alcaldía se habían estrellado contra un muro, así que ¿por qué no probar con algo diferente como presentar a una chica de 26 años completamente nueva? 

Era algo rompedor frente al PSOE torrentí anquilosado en el poder local, y si perdía, era una chica joven que podía luchar para las próximas elecciones. Esta debió ser la reflexión que se planteó José Vicente Soria, entonces portavoz y presidente del PP de Torrent, padrino de la operación y amigo personal de Catalá hasta el día de hoy.  

Y el 27 de mayo se juntaron varios factores que provocaron la tormenta perfecta: un PP autonómico en su máximo nivel de popularidad, un PSOE de Torrent sin Ros y con Bressó de candidato que no gozaba de la fama de su antecesor, y una candidata nueva, Catalá, con capacidad de trabajo y una campaña en la que se pateó Torrent de arriba abajo.  

Catalá pasó al Olimpo del PPCV con solo 26 años un 27 de mayo de 2007, y desde entonces de ahí no ha bajado. Fue en las listas al Congreso de 2008 para aprovechar el tirón de su reciente éxito, pero estuvo muy poco tiempo de diputada para poder centrarse en Torrent. Lo que tanto había costado ganar no se puede dejar perder.

4 años después, en las elecciones de 2011, tanto Catalá como Agustí repitieron mayorías absolutas e incluso las reforzaron con más concejales. Pero en esta legislatura comienzan los cambios. Catalá fue llamada a los pocos meses por el nuevo presidente Alberto Fabra para ocupar la conselleria de Educación. Agustí -que no llegó a ser diputado porque renunció al acta para centrarse en Paterna- acabaría dimitiendo de la alcaldía en 2014 tras dos imputaciones. 

Aquí es donde los destinos de la ‘pareja de moda del PP’ se separan. Agustí volvió a su actividad y dejó la política por completo. Catalá en cambio no dejó -ni ha dejado- de crecer. Fue en la etapa final de Fabra también portavoz del Consell y una persona muy cercana al ex presidente, hasta tal punto que cuando el PPCV pierde la Generalitat en 2015 y Fabra deja la presidencia del partido, su nombre fue de los que sonó más fuerte para sustituirle.  

Catalá siempre ha estado en la recámara de posibles candidatos del PP a la Generalitat y a dirigir el partido, hasta que entonces le encargan un nuevo reto: la alcaldía de Valencia. La joya de la corona y sustituir al frente de la lista municipal a un perfil como el de Rita Barberá, nada menos. 

Catalá aterrizaba además en un terreno inexplorado para ella, la política local de Valencia, con un partido en gestora y un grupo municipal inmerso en imputaciones. Y con el recuerdo de Rita Barberá presente. Una tarea nada fácil. Pero Catalá ya había demostrado que los retos difíciles van con ella, y si 13 años atrás había logrado derribar el cinturón rojo, Valencia estaba a su alcance. 

El milagro de un cambio a la derecha que la hiciera alcaldesa de Valencia no se obró por un concejal. Pero hoy Catalá está más consolidada que entonces en la ciudad: con un grupo a su medida y el 10 de julio con un partido hecho por ella, sin cuestionamiento interno, ni peleas ni divisiones, eso que tanto daño hizo al PP en la anterior legislatura. Le quedan 3 años para demostrar que puede. 

13 años después, la entonces parte femenina de ‘la pareja de moda del PP’ ya no es una torrentina desconocida de 26 años, sino una política con tablas que parece que lleve toda la vida viviendo en Valencia ciudad, porque si una cosa sabe Catalá es adaptarse. En 2007 los protagonistas de la victoria del PP fueron Rita, Camps, Agustí y Catalá. 13 años después, paradojas de la vida, la última se prepara para suceder a la primera en la alcaldía de Valencia y así protagonizar de nuevo las portadas de los periódicos en 2023. 

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