La Comunidad manchega es la cuarta con un 31,7% con mayor tasa de riesgo de pobreza o exclusión social. En comparación con el País Vasco que tiene un 15,5 %
El panorama socioeconómico en Castilla-La Mancha revela una realidad preocupante, donde el 31,7% de la población se encuentra en riesgo de pobreza o exclusión social, una cifra que supera la media nacional del 26,5%. Estos datos, proporcionados por el Instituto Nacional de Estadística a través de la Encuesta de Condiciones de Vida, muestran una tendencia al alza en la vulnerabilidad social en la región.
Encuesta de condiciones de vida #ECV Año 2023 @es_INE
— INE España (@es_INE) February 26, 2024
El 9,3% de la población llegó a fin de mes con “mucha dificultad”, frente al 8,7% de 2022.
Nota de prensa
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La vulnerabilidad social en España es una preocupación persistente que afecta a una parte significativa de la población. Este riesgo de pobreza o exclusión social se manifiesta de diversas formas, desde dificultades económicas para llegar a fin de mes hasta la imposibilidad de acceder a necesidades básicas como una alimentación adecuada o una vivienda digna. Esto también tiene gran relación con los trabajos y el sueldo que se ofrece en la actualidad. Muchos de los sueldos de las personas no llegan ni al salario mínimo de 1.080 euros al mes.
Además, la crisis económica y social derivada de la pandemia de COVID-19 ha exacerbado estas desigualdades y ha dejado al descubierto las vulnerabilidades existentes en la sociedad española. Esto se debe a que a raíz de la pandemia muchas personas que trabajaban en empresas se quedaron sin trabajo por el cierre de algunas de ellas.
Aunque España cuenta con sistemas de protección social y medidas de apoyo, como los servicios de asistencia social y los programas de ayuda económica, sigue siendo necesario abordar las causas subyacentes de la vulnerabilidad social y trabajar en políticas integrales que promuevan la inclusión y la igualdad de oportunidades para todos los ciudadanos.
Por otro lado, existen mejoras en algunos indicadores, como el riesgo de pobreza relativa y el porcentaje de población con baja intensidad en el empleo, el tercer componente de la tasa AROPE, que mide la carencia material y social severa, ha empeorado, aumentando del 7,7% al 9%. Esto se traduce en situaciones donde las personas no pueden permitirse cubrir necesidades básicas.
La encuesta también revela otras dificultades económicas, como la incapacidad para llegar a fin de mes, la falta de capacidad para afrontar gastos imprevistos y la imposibilidad de disfrutar de vacaciones anuales fuera de casa. Estos desafíos económicos afectan no solo a la población en general, sino que también impactan de manera significativa en los más vulnerables, especialmente los menores de 16 años, donde un 34,3% se encuentra en riesgo de pobreza o exclusión social.
La exclusión social de los menores también puede implicar la falta de acceso a actividades recreativas, culturales y deportivas, así como la discriminación y el estigma social que pueden sufrir debido a su situación económica. Todo esto puede afectar negativamente su autoestima, su integración social y su sentido de pertenencia, debido a que los menores se ven más afectados por este tipo de situaciones sociales.
En comparación con otras comunidades autónomas, Castilla-La Mancha se posiciona como la cuarta región con una tasa AROPE más alta en 2023. Este escenario contrasta con regiones como el País Vasco y la Comunidad Foral de Navarra, que presentan tasas significativamente más bajas. Sin embargo, a pesar de estos desafíos, se observa un aumento en el ingreso medio por persona en la región en 2023, alcanzando los 14.082 euros, un incremento del 8,3% con respecto al año anterior. Aunque este aumento puede ofrecer cierto nivel de esperanza, es necesario abordar de manera integral las causas subyacentes de la pobreza y la exclusión social para garantizar un desarrollo equitativo y sostenible en Castilla-La Mancha.