| 04 de Mayo de 2024 Director Benjamín López

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Paso de un rebaño trashumante por Guadarrama (Madrid) guiado hacia Palencia.
Paso de un rebaño trashumante por Guadarrama (Madrid) guiado hacia Palencia.

Los ataques del lobo siguen causando estragos en Castilla y León: siete cada día

Asaja define la situación como insostenible e incontrolable. En el último semestre del año 2023 hubo un incremento de ataques del 30% en toda la región con especial impacto en Burgos.

| Rodrigo Herrero Actualidad

Acabamos de comenzar 2024 y en este caso, tristemente, no podemos hablar de año nuevo y vida nueva para los ganaderos de Castilla y León, que hasta que no haya cambios sustanciales tendrán que seguir haciendo frente a su principal problema y quebradero de cabeza: los ataques de los lobos a sus rebaños. Unos ataques que lejos de reducirse siguen intensificándose. Y es que, según Asaja, cada vez son más frecuentes este tipo de ataques a la ganadería y estiman que en el último semestre del año 2023 hubo un incremento de ataques del 29% en la región siendo Burgos la provincia más afectada con 88 ataques y 117 cabezas de ganado muertas durante ese mismo periodo.

El último (el 30 de diciembre) y por el que Asaja ha vuelto a levantar la voz para pedir ayuda ha sido precisamente en una localidad burgalesa, Villafranca Montes de Oca, donde uno de estos ataques del lobo ha matado a seis ovejas y ha dejado un gran número de heridas. El ganadero afectado puede asegurar que ha sido este animal el causante de las muertes por el tipo de mordedura y las pisadas. Además, desde la organización ganadera confirman que se vio un aumento de actividad de zona por la zona y dejaron también ataques en municipios cercanos como Villamudria o Fresno de Río Tirón.

Sin embargo, tal y como lleva pasando todos estos años, los ganaderos están atados de pies y manos ya que se enfrentan a altas multas económicas -incluso de cárcel- si matan estos animales protegidos. Es por ello que desde Asaja insisten en reclamar al Gobierno de España que junto a las Comunidades autónomas materialicen la decisión de Bruselas de “flexibilizar” el nivel de protección del lobo y que garanticen su conservación pero “con equilibrio entre la ganadería y el medio rural, ya que en otro caso la única especie en peligro de extinción son los ganaderos”. “No pretendemos extinguir al lobo sino que se debe realizar un control efectivo”, explican para buscar una solución ante lo que califican una situación insostenible e incontrolable.

Varios lobos ibéricos del Centro del Lobo Ibérico en localidad de Robledo de Sanabria, en Zamora.

De hecho, los datos son esclarecedores: además de ese incremento del 30% de los ataques, la media se sitúa en siete ataques diarios de este tipo a fecha de hoy. Los ganaderos apuntan a “la imposibilidad de establecer medidas de control y gestión a través de la caza” como causa de este aumento y hacen responsable al Gobierno central al incluir al lobo en el listado de especies silvestres de protección especial.

Todo esto claro tiene un impacto directo sobre el día a día de los ganaderos castellanoleoneses, que tienen que hacer frente no solo a la pérdida de parte de su rebaño, sino que a veces estas pérdidas no son todas indemnizadas. Además, afirman desde Asaja Burgos que, aunque no haya más muertes o más ovejas mordidas, el resto del rebaño se ve afectado y sufre las consecuencias de estos ataques con bajos rendimientos de leche o abortos de los animales.