| 26 de Abril de 2024 Director Benjamín López

× Portada España Investigación Opinión Medios Chismógrafo Andalucía Castilla y León Castilla-La Mancha C. Valenciana Economía Deportes Motor Sostenibilidad Estilo esTendencia Salud ESdiario TV Viajar Mundo Suscribirse

Medio siglo de Alicante sobre plano

Alicante capital y su provincia no pueden entenderse sin echar la vista atrás para contemplar esos edificios que no sólo han resistido al paso de los años, sino que nos explican qué fue de un tiempo y de un país. Los estilos cambian, pero la huella indeleble de sus creadores permanece, sobre todo cuando sus biografías nos ayudan a entenderlos mejor. Tal es el caso del arquitecto José Ivañez Baldó.

Cartel de la última presentación de la biografía de José Iváñez, el gran arquitecto jijonenco

 

No hace mucho asistí a la presentación de un libro sobre el arquitecto Juan Antonio García Solera, de Martín Sanz, periodista y escritor, que se ha convertido en excelente cronista de la contemporaneidad alicantina. Poco después llegaba a mis manos el de Alfonso Navarro, muy autobiográfico y humanista compartiendo texto e ilustraciones propias a la manera de aquellos grandes renacentistas; ahora me mandan la biografía de “José Iváñez Baldó. Un arquitecto frente al caos urbanístico”, ejemplarmente escrito y documentado por Joaquín Santo Matas, historiador y polígrafo, concienzudo exegeta de la alicantinidad y de quienes le hicieron señera. Lamentablemente Joaquín acaba de dejarnos el pasado mes de noviembre aquejado de un ictus.

El Historiador Joaquín Santo Matas, recientemente fallecido

El próximo miércoles 25 de enero a las 19.00h, y en el Salón de actos del Colegio Territorial de Arquitectos de Alicante (CTAA) en plaza de Gabriel Miró 2 de Alicante ciudad, el arquitecto José Luis Campos Rosique, fundador de estudio Crystalzoo, y la doctora y profesora de la Universidad de Alicante, Montse Planelles Iváñez, nieta de José Ivánez Baldó, presentará el libro sobre la vida e ingentes obras de su abuelo (desde barrios enteros a edificios oficiales), al tiempo que homenajeará al biógrafo Joaquín Santo con quien Montse Planelles colaboró estrechamente aportando buen acopio de datos esenciales de su vida, proyectos y trabajos levantados, ayudando a la confección del libro sobre uno de aquellos edificadores que, sin el actual apoyo de ordenadores y programas tridimensionales de última generación, se pasaban infinitud de horas sobre plano manejando geometrías con compases y cartabones, adjuntando anotación de materiales, etc. con un último toque acuarelístico sobre perfecto dibujo de las fachadas demostrándonos que la Arquitectura es un Arte y viceversa.

El arquitecto José Ivañez Baldó

Épocas y ciudades definen sus señas de identidad a través de la arquitectura “que empieza donde acaba la ingeniería” (W. Gropius). Y ambas convergen en el urbanismo. El jijonenco Iváñez Baldó (1906-1994), fue uno de los grandes arquitectos racionalistas de la Comunidad Valenciana, cuando lo fácil y rentable eran los planos reiterativos y el material barato, mientras el urbanismo resultaba susceptible de corruptelas y triquiñuelas, cuando no de auténticos disparates consentidos por el franquismo.

Iváñez Baldó fue un incorruptible a la hora de respetar escrupulosamente las normas urbanísticas, mandando a cualquier promotor que le viniera con ilegalidades, inclusive alegalidades a buscarse otro estudio de arquitectura; y además un excelente compañero de profesión cuando en su Colegio Oficial apenas llegaban a una decena los poseedores del título superior universitario. Baste decir como apunte demostrativo que hasta su jubilación presidió el CTAA durante 30 años, puesto que ya había ocupado brevemente en tiempos republicanos.

Como escribe al respecto Santo Matas: “quedará patente el empeño de Iváñez Baldó en frenar este caos, aplicar la legislación vigente y comprobar que la lentitud en la resolución de los expedientes y denuncias facilitaron la ejecución de unas obras cuando menos irregulares…” Tan fue así su honestidad profesional y personal que el jijonenco renunció a la segura y bien remunerada plaza de arquitecto municipal de Alicante, injustamente hurtada por expediente de depuración política a Miguel López, su gran amigo, y también ejemplar constructor afecto al racionalismo y al interiorismo Decó (“Movimiento Moderno”, que no modernista).

Decó puro en Alicante, obra de Iváñez Baldó