| 27 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Ares Negrete: "La ruta del bakalao fue increíble"

El músico estrena disco en junio, entre restricciones, bambalinas y conciertos online.

| David Monllor Edición Alicante

No le ha entrevistado nadie en Alicante. Tampoco se fía de los interesados que merodean por la industria. La melancolía es el terreno musical en que se siente a gusto Ares Negrete (Alicante, 2002), pero dice ser un tipo bastante normal, no un triste en el día a día. Como no podía ser de otra forma, entre bebidas la conversación da para mucho.

- ¿Te sientes artista con 19 años?

No me considero artista, eso es pedante. Yo soy músico. La música es algo que siempre me ha interesado de manera vocacional. Nunca me lo había tomado como algo de lo que vivir. Con quince años empecé a hacer canciones de forma desordenada para que la escucharan mis amigos.

- Vienes de una familia de músicos... 

Así es. En los 90, mis padres tocaban juntos en Bronca, él de cantante y ella al bajo. Estuvieron incluso a punto de firmar por un sello. La familia influye, ten en cuenta que mi madre llegó a irse de gira embarazada de mí. Luego mi padre también ha estado en Overlife, que es un grupo de metal progresivo en el que ha compartido escenario con bandas como Obús o Mago de Óz.

. ¿Cómo fue tu paso por La Voz Kids?

Con 11 años mi madre me animó a presentarme a la primera edición. En el primer casting mandé un vídeo cantando “Ahora tú” de Malú y pasé la fase de Valencia hasta llegar a Madrid. Allí estuve en las audiencias a ciegas. Pero fue un poco caótico, todo lo pagabas de tu bolsillo: gasolina, dietas, etc. También sentí que nos trataban como a un rebaño, cuando decían “¡la familia número 1 que corra al plató número 3!”.

- ¿Perdiste así el miedo al escenario?

Yo creo que siempre hay cosquilleo en el estómago. Después de treinta años cantando mi padre sigue con tensión antes de salir. Si no sientes nada no es tu vocación entonces.

- He visto que no te limitas sólo a un estilo. En Bandcamp tienes canciones de bakalao, folk, shoegaze… ¿Tienes miedo a encasillarte?

Al principio quería enfocarme en el shoegaze con un sonido etéreo, pero es que nadie escucha eso. Aun así, con el paso de los años tuve fans. Lo malo es que este género reúne a fieles a los que molesta que te alejes del estilo. Entonces he decidido centrarme ahora en Nueve Desconocidos. Tengo un disco programado para junio en el que se mezcla postpunk siniestro con toques poperos.

- Algunos comentarios de  Youtube decían que “esto es música de corazón”

Ha llegado mucho mi último tema y no esperaba tener repercusión alguna cuando lo subí. Es gente de México, sobre todo, la que me escucha. Allí hay grandes grupos de los ochenta, como Kaifanes o Soda Stereo, a los que mi música puede recordar

- ¿Sientes síndrome del impostor cuando compones?

Nada de nada, yo confío plenamente en mí al cien por cien. Es lo que sé hacer. Ha habido épocas en las que he dudado, pero el punto de esto es cuando empieza a gustarte cómo suenas. En mi caso, hago una melodía con el sintetizador y a raíz de ello le añado acordes, cajas de ritmo, guitarras y bajos para darle sentido a la música.

- ¿Por qué te decantes por una estética ochentera en el videoclip de Tus nuevos cristales?

Eso fue un poco improvisado, la verdad. Como Madrid es un sitio sombrío con plazas frías, se nos ocurrió que la arquitectura brutalista podía quedar bien. Entonces cogimos una VHS y un par de cámaras 'dosmileras' para darle un estilo naif al vídeo.

- ¿Los jóvenes buscan la nostalgia de tiempos no vividos?

Creo que tiene que ver con las fotografías en grano de nuestros padres, de ver todo el rollo que se movió en los ochenta y los noventa en Alicante y Valencia. La ruta del bakalao fue increíble, y se ha denostado mucho. Era un movimiento cultural que traía a gente de fuera como Peter Murphy, por ejemplo, que siempre cantaba por allí. En Inglaterra no se ha despreciado tanto a la música. Ahí tienes The Hacienda, la mítica discoteca que se tiene como un templo cultural. Sin embargo, aquí la mayoría tuvieron que cerrar porque se prohibió prácticamente el movimiento. Ahí la televisión tuvo mucho que ver, criminalizaban a la gente. Es una pena.

Me habría gustado vivir el Woodstock, como a todo el mundo

- ¿Qué son los cristales de los que habla tu última canción?

Es una historia larga. El título viene de una experiencia que viví con 14 años en la feria, cuando un heavy melenudo me dio una paliza por coger su sombrero. Huí de ello como pude. Al final hubo un juicio que gané, pero es cierto que en los siguientes meses tenía bastante miedo cuando andaba por la calle. Nunca me había pasado algo así. “Los cristales” tiene que ver entonces con esa manía persecutoria que sentía.

- ¿Alguna era que te hubiera gustado vivir como músico?

El No Wave de finales de los 70 en Nueva York, cuando el punk emergió como respuesta a la New Wave con grupos como Nick Cave and The Bad Seeds o Sonic Youth. También me habría gustado vivir el Woodstock, como a todo el mundo.

- ¿La pandemia te ha afectado musicalmente?

A mí personalmente me vino bien el confinamiento para hacer música. La pena es que es imposible hacer bolos en Alicante. No hay festivales y se han cerrado salas. Hay personas que se están arruinando. Tengo expectativas de que todo mejore en el futuro. Soy optimista.