Las miradas inquisitorias se dirigen a Iván Redondo, el jefe de Gabinete de Pedro Sánchez. Él, por su parte, ya se ha preocupado de ir difundiendo su versión por lo bajo, y es muy distinta.
"Qué remedio". Con esas dos palabras ha despachado Pedro Sánchez su decisión de recular y participar finalmente en los dos debates, el de TVE y el de Atresmedia, que se celebrarán el lunes y martes de la semana que viene.
Quería el candidato del PSOE una campaña de perfil bajo, dosificarse para no cometer errores y aprovecharse de los de sus rivales. Y sin embargo el vodevil de los debates ha provocado daños en su campaña que aún están por cuantificar.
Los socialistas buscan responsables del desastre, y todas las miradas se dirigen a un mismo hombre: Iván Redondo, el jefe de Gabinete de Sánchez y el ideólogo de toda su estrategia.
En Ferraz, donde Redondo tiene más detractores que partidarios, le culpan directamente del desaguisado múltiple. Porque al daño a la imagen del socialista se une el incendio provocado en la televisión pública (con la plantilla enfrentada a Rosa María Mateo por plegarse a Sánchez) y el haber desairado a un grupo mediático tan poderoso e influyente como Atresmedia.
Una casa para la que, por cierto, trabajó Redondo antes de ser fichado por el líder socialista. Precisamente ambos estuvieron el lunes en Antena 3 con motivo de la entrevista a Sánchez en el informativo de la noche. Un día antes de que la Junta Electoral Central dinamitara la campaña con su decisión de prohibir el debate a cinco con Vox.
Ese día todo fueron sonrisas con el director de Antena 3 Noticias, Santiago González, su subdirector, Óscar Vázquez, y el jede de Redacción, Agustín Cubillo.
Ahora Redondo está intentando salvarse de la quema difundiendo entre sus contactos la versión de que él siempre fue partidario del debate a cuatro de Atresmedia, pero que fue el partido, con José Luis Ábalos y Adriana Lastra a la cabeza, el que se obcecó con TVE y nada más.
Una versión, no obstante, difícilmente creíble habida cuenta de la capacidad de influencia que tiene Redondo en Sánchez, que es toda.