| 30 de Abril de 2024 Director Benjamín López

× Portada España Investigación Opinión Medios Chismógrafo Andalucía Castilla y León Castilla-La Mancha C. Valenciana Economía Deportes Motor Sostenibilidad Estilo esTendencia Salud ESdiario TV Viajar Mundo Suscribirse
Gómez y Campillo comparten mesa cada viernes ante los periodistas
Gómez y Campillo comparten mesa cada viernes ante los periodistas

El dilema de Campillo y el aviso de Gómez: la doble cara del Rialto

Mientras que el vicealcalde de Valencia trata de justificar las palabras del alcalde, la vicealcaldesa recuerda que "la obligación de los políticos es rebajar la tensión, no alimentarla"

| Redacción Valencia Edición Valencia

"Un dilema es un político tratando de salvar sus dos caras a la vez", afirmaba el decimosexto presidente de los EEUU de América, Abraham Lincoln. Esa frase podría definir la posición del vicealcalde de Valencia, Sergi Campillo, cuando en la tradicional rueda de prensa de los viernes el representante de un medio de comunicación le ha preguntado hoy por insultos homófobos de manifestantes que arremetieron contra los agentes del Cuerpo Nacional de Policía en la tarde del jueves.

Por una parte, Sergi Campillo es un ferviente defensor del colectivo LGTBI; por otra, destaca como incondicional del alcalde, Joan Ribó, quien lanzó un polémico tuit anoche acusando a la policía de "actuación desproporcionada" y de "aumentar la crispación".

 

El vicealcalde, bajo la atenta mirada de su inseparable compañera de los viernes, la vicealcaldesa Sandra Gómez, trató de salir por la vía de en medio recalcando que Compromís condena cualquier tipo de insultos y agresión; aunque sin referirse a la sufrida por la policía. "La gente que hace estos ataques es una ultraminoría en una manifestación pacífica por la libertad de expresión", señaló insistiendo en justificar una protesta que se ha caracterizado por los disturbios, las agresiones y el destrozo de material urbano.

Sandra Gómez no quiso agrandar las distancias entre los socios de gobierno, aunque, en lo que podría considerarse un aviso, no ha dudado en desmarcarse de las letras que incitan al odio del rapero Hasel. Del mismo modo, ha afirmado que "la obligación de los políticos es rebajar la tensión y no alimentarla". En esta línea ha pedido que "evitemos declaraciones en un ambiente que ya está crispado", para que Ribó no sigue con su línea tuitera.