Atención a la práctica ilegal que frena un Ayuntamiento de Cádiz y pone el foco en ofertas de terrenos a la venta

La situación urbanística que ha frenado el Ayuntamiento de Chiclana de la Frontera (Cádiz) se repite en otros municipios de la geografía andaluza, sobre todo en la provincia gaditana, y puede conllevar graves consecuencias para los que participen en el negocio. Estamos hablando de la parcelación de terrenos ubicados en suelo rústico sin licencia para ponerlas posteriormente a la venta bajo la figura del "pro indiviso".

Concretamente, el Consistorio ha intervenido en dos nuevas parcelaciones que se estaban ejecutando de manera ilegal, siendo uno de los terrenos dividido en hasta 63 partes, según ha trasladado el delegado de Urbanismo del Ayuntamiento de Chiclana, Rodolfo Pérez, que ha detallado que estas dos nuevas intervenciones de parcelaciones se han llevado a cabo en el Pago Melilla, en concreto, en la Colada de Fuente Amarga y en el Camino del Chaparral.

La figura del 'pro indiviso' copa los portales inmobiliarios

Esta práctica consiste en que el propietario de un gran terreno lo divide y lo pone a la venta en parcelas mucho más pequeñas, que el comprador puede registrar jurídicamente como "pro indiviso". Sin embargo, aunque este paso no infringe las normas, los problemas surgen en el momento en el que aparecen vallas y muros divisorios o viviendas, la mayoría prefabricadas, en el suelo.

Aquí cabe destacar que el "pro indiviso" es una expresión jurídica que significa "sin dividir" y se refiere a una situación donde la propiedad de un bien o derecho es compartida por varias personas, es decir, no existe una división física ni legal del mismo.

Aún así, los portales inmobiliarios están llenos de ofertas de este tipo, ante el interés de muchas personas de vivir en el campo y construir su propia vivienda, aunque se encuentren con problemas como la falta de suministro de agua o luz, sin olvidar el vertido de residuos.

Los casos de Chiclana que ponen en evidencia un problema

Los casos detectados en Chiclana, al igual que en otros municipios como Barbate o Vejer de la Frontera, dejan claro la manera en la proceden los titulares del suelo. En cuanto a la parcela ubicada en la Colada de Fuente Amarga, ésta cuenta con una superficie de 41.000 metros cuadrados, que jurídicamente se ha dividido en 63 parcelas pro indivisos de unos 400 metros cuadrados, de las cuales 21 ya cuentan con escrituras públicas.

"Estamos hablando de la parcelación jurídica, puesto que no hay actualmente nada construido en el terreno, ni siquiera la división de las parcelas", ha indicado el delegado de Urbanismo.

Por otro lado, en relación a la parcela del Camino del Chaparral, ésta cuenta con una superficie total de 14.898 metros cuadrados, que se ha dividido en 28 parcelas de unos 500 metros cuadrados con escrituras públicas, de las que siete ya están inscritas en el Registro de la Propiedad.

A diferencia de la parcela anterior, aquí ya se han producido obras divisorias de las parcelas, por lo que el Ayuntamiento ha procedido a iniciar el expediente de restablecimiento de la legalidad urbanística, según ha explicado el delegado.

Aviso a propietarios, compradores e inmobiliarias: "el suelo rústico no se puede parcelar"

Desde el Ayuntamiento de Chiclana han explicado que están "informando de qué es lo que ocurre e incidiendo en que en suelo rústico no se puede parcelar", ha recordado Rodolfo Pérez, quien ha reiterado que para ello "se necesita una licencia municipal", algo que no ha sucedido en ninguno de estos dos casos. Así, ha apuntado que en este tipo de suelos "se pueden plantar viñas o árboles, pero no se puede parcelar, ni vallar ni edificar".

Como ha señalado a "todos los intervinientes en el proceso --propietarios iniciales, compradores, inmobiliarias, profesionales liberales, entidades financieras y funcionarios públicos-- que desde el punto de vista urbanístico se está incumpliendo la legalidad", añadiendo que "la justicia es lenta, pero inexorable.