La solución de Ribera a los regantes de Huelva es que hagan mermelada de fresa

Las últimas declaraciones de la vicepresidenta del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, en una entrevista concedida a El Periódico de España, son un jarro de agua fría para los agricultores del Condado de Huelva. De sus palabras sólo se desprende que más allá de mantener su rotunda oposición al plan de regularización de regadíos que se tramita en el Parlamento andaluz, no les da ninguna solución a los trabajadores del campo. Todo lo cotrario, les niega cualquier acción para arreglar la situación de irregularidad en la que se quedaron con el Plan de la Corona aprobado por el PSOE en la Junta en 2014.

Al ser preguntada sobre el "problema histórico" que sufren los regantes y las "graves injusticias" como consecuencia de ese plan, así como si merecen ser "resarcidos", la ministra se niega a cuestionar el Plan que fue aprobado y no ve necesario "reabrir lo que costó años cerrar". Tampoco se abre a la opción de ofrecerles una permuta de terrenos en zonas más alejadas del parque de Doñana porque también supondría ir contra el plan de 2014.

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Del mismo modo, Ribera también descarta que los agricultores se puedan beneficiar de las ayudas de 100 millones dentro del Plan Doñana para la compra de derechos de regadío, al ser preguntada por el periodico EPE. "Ni de los 100 millones del Plan Doñana ni de agua extra en este Plan Hidrológico del Guadalquivir", asegura la ministra que puntualiza que será muy difícil obtener aguas superficiales.

Ante su negativa a una salida para estos regantes, se le pregunta por una alternativa económica y Ribera le lanza el 'balón' a la Junta de Andalucía, afirmando que son sus competencias, para espetar: "Quizás es un ejemplo muy simplista pero junto a las fresas hay mermelada de fresa o hay helado de fresa, quiero decir hay actividad agroindustrial vinculada a la producción agraria que te permite obtener un mayor valor añadido", asegura la ministra.

En resumen, sensibilidad inexistente del Gobierno de Pedro Sánchez con los agricultores de Huelva, a los que deja desmparados para proponerles que dejen de trabajar la tierra y se dediquen a otras tareas. Sería por ejemplo como si al albañil que trabaja en la construcción de edificios le dices que, como no hay trabajo, se convierta en agente inmobiliario y se dedique a vender pisos, seguramente sería algo muy alejado de su profesión.