Las amigas de María Teresa Campos desesperadas: así hablan de Bigote Arrocet

No son buenos tiempos para María Teresa Campos. Refugiada en la fe desde su Málaga casi natal, la presentadora disfruta de los últimos días junto a Bigote Arrocet. El humorista ultima los detalles de su desembarco en Honduras. Será el concursante mejor pagado de la próxima edición de Supervivientes. Pero lo que será un desahogo económico sin precedentes para el chileno, supondrá una sobreexposición para la Campos que acumula graves y complicados problemas en lo mediático. Sus hijas están en boca de todos. En las últimas semanas son protagonistas de escándalos que parecían imposibles. Les acusan de tener un doble discurso: mientras que en público se jactan de enumerar las bienaventuranzas del novio de su madre, en privado hacen correr ríos de tinta. Tragan frustración. 

Pero no son las únicas. ESChismógrafo ha podido saber que las amigas más cercanas a María Teresa están desesperadas. Les ha prohibido hacer alusión alguna a su novio. No quiere que le den opiniones ni consejos no pedidos. Se desahogan en privado explicando que no saben cómo hacerle ver la realidad y que es complicado, incluso desafiante, confesarle que su novio no les gusta. Justifican sus comentarios asegurando que, entre otras cosas, la comunicadora corre con todos los gastos de los viajes de la pareja y que Bigote poco o nada colabora con las labores económicas de la casa en la que viven. Es cierto que al principio de la relación la vieron feliz, pero ahora aseguran que su carácter se ha agriado y que apenas se comunica con ellas. 

Las amigas de María Teresa Campos confirman que la periodista hace frente a todos los gastos

Se mantienen al margen haciéndose cruces. Preparan el terreno para cuando María Teresa decida poner punto y final a la relación. Saben que, para entonces, habrá mucha tensión y reproches: "Pero es su vida, ella sabrá lo que hace. Desde el principio le dijimos que no era normal", explican con extrañeza. Y es que advierten que les parecía extraño, incluso sorprendente, el interés exagerado que Bigote mostró por Teresa en largos correos electrónicos: "hasta que no la consiguió, no paró. Pero duermen en habitaciones separadas, incluso de viaje", dicen con evidente indignación.