Así fue la guerra entre Vocento y Prisa por Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa

La ruptura entre Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa derivó en los primeros meses de 2023 en una guerra mediática. A la 'reina de corazones' nunca le había salido un ex respondón. Acostumbrada como está a controlar el relato de su vida. Habitualmente su exparejas no hablaban. Era ella quien daba la versión de la ocurrido. Con el Nobel no lo tuvo tan fácil y descubrimos una faceta inédita en la socialité.

Todo empezó cuando Isabel anunció la ruptura en ¡Hola!, su revista de cabecera, el 28 de diciembre de 2022. En la exclusiva afirmaba que los celos del autor de La ciudad y los perros fueron el motivo de decidirse a poner punto final a la relación sentimental. La respuesta no se hizo esperar. Fue a través del diario El País (Grupo Prisa) en el que era firma Vargas Llosa desde hacía años. El diario citaba al entorno del escritor para afirmar que fue éste el que decidió romper harto del mundo frivolidad que rodeaba a su novia. Luego, Martín Bianchi en el mismo diario analizó un cuento publicado en la revista Letras Libres en 2021 titulado los vientos en el que periodista encontró claves sobre el desencanto que el escritor sentía por su relación sentimental.

Narrado en primera persona, un escritor contaba cómo la única preocupación de su pareja y el entorno de ésta, era la estética: «Cuando yo les pregunté por qué se preocupaban tanto por las cremas, los ungüentos, los afeites, los noté incómodos, como si hubiera violado un terreno íntimo. Luego de una larguísima pausa, uno de ellos murmuró: ‘Nuestro cuerpo es sagrado y hay que cuidarlo’. Para ellos, en verdad, lo sagrado son las perfumerías y las farmacias».

«Me preguntaron si no me había echado algo para el sol y como les dije que no, que nunca usaba cremas protectoras, se escandalizaron. Me confesaron que todo el dinerito que ganan con trabajos eventuales y las pensiones que recibían por el mero hecho de existir los invertían en comprarse pastillas, lociones, tónicos, todo aquello que impide el deterioro de la piel, los ojos, los dientes», continuaba el relato.

En el cuento, además, había lo que muchos interpretaron como un mensaje sobre Tamara Falcó: «En esta última, la Filosofía comparte el departamento académico con Teología y Cocina. ¡Vaya mezcla! Me imagino el diploma de Doctor en Filosofía, Teología y Gastronomía y me muero de risa».

La carta de Patricia Llosa a Isabel

La respuesta no se hizo esperar. Isabel puso en funcionamiento la maquinaria de periodistas amigos y fue el diario de la competencia, ABC del grupo Vocento, quien publicó un reportaje sobre las presuntas rutinas de belleza obsesivas del escritor. Un texto que un íntimo amigo del Nobel, Federico Jiménez Losantos, tachó de "sandeces malignas".

No fue el único dispara del entorno Preysler a través de ABC. En el diario se hizo pública la carta que la filipina había recibido de Patricia Llosa, la exmujer del Nobel. En la misiva la advertía del peculiar carácter del escritor y que «aunque el matrimonio pueda parecer roto, lleva muchos años, porque él tiene como costumbre desaparecer un mes con una mujer» y le recordaba que "lo había hecho con otras" y le solicitaba a la filipina que no hiciera pública su relación.

"La experiencia se vivió y ya está"

Finalmente, Isabel decidió guardas las armas ante una guerra que auguraba dejar su imagen tocada. Por su parte, Mario se alejó de ese mundo que él calificaba de frívolo y en el que tanto participó. Llegó incluso a acudir a eventos de Porcelonosa, a visitar MasterChef para apoyar a Tamara, dejarse entrevistar por ella y hasta participar en el reality La marquesa.

Meses más tarde en una entrevista con Manuel Jabois en El País cerraba página asegurando que «yo no he hecho ninguna declaración sobre Isabel. Y he tenido durante un mes periodistas desde las siete de la mañana plantados en el portal. Salía a caminar y ya me los encontraba». En esta entrevista afirmaba que «la experiencia ha sido magnífica, pero no literaria». Por lo que no la utilizaría para su obra: «No se puede convertir en una novela. Absolutamente no». «La experiencia se vivió y ya está. Vuelvo a estar en mi casa, rodeado de mis libros«, remataba.